La polémica muerte del líder de Al Qaeda no reducirá la presencia de las fuerzas de la OTAN en Afganistán, según el secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen, que anunció en una rueda de prensa que la operación contra Bin Laden "está justificada".
Las acciones de las fuerzas especiales de EE. UU. en Pakistán que culminaron con la muerte de Osama Bin Laden el pasado 1 de mayo, han generado muchas polémicas. Por un lado, matar a “un hombre que no tenía armas” y sin llevarlo ante los tribunales genera dudas morales, dice Daniel Álvarez, miembro del Centro de Investigaciones de Oriente Medio de la Universidad Internacional de Florida.
Sin embargo, el experto admite que para los soldados que estaban realizando una operación militar contra el terrorista que se “autoidentifica como ‘arquitecto’ del 11-S”, era difícil llevarlo “vivo ante un tribunal para someterlo a juicio”.
Por otro lado, continúa Álvarez, “EE. UU. ha violado la soberanía de un estado desde el punto de vista jurídico de la ley internacional”. Las autoridades pakistaníes han calificado las acciones de los militares estadounidenses como unilaterales y sostienen que no tuvieron aviso de la operación, por lo que no la autorizaron. Sin embargo, a la hora de anunciar la muerte del “terrorista 'número uno”, las autoridades norteamericanas subrayaban la importancia de la colaboración con Pakistán.
En una rueda de prensa, el portavoz de la Casa Blanca, James Carney, tampoco dio una justificación jurídica a la operación de Abbottabad, aunque calificó como “exitosa” la actitud de EE. UU.
La decisión del presidente Barack Obama de no mostrar las imágenes del cuerpo de Bin Laden ni de la ceremonia en la que fue arrojado al mar, tampoco ha sido aprobada unánimemente por la comunidad mundial.
¿Cómo influirá la muerte de Bin Laden en la misión militar de la OTAN en Afganistán?
'La guerra contra el terrorismo' fue la principal motivación de la intervención en Afganistán, pero al conseguir el ‘trofeo’ principal, es decir, acabar con el líder del terrorismo internacional, Estados Unidos al parecer no planea abandonar la región.
El secretario general de la OTAN, Fogh Rasmussen, ha dejado claro que la muerte del gran enemigo de EE. UU. no cambiará la estrategia de la Alianza en el país asiático. “Los aliados continuarán su misión para impedir que Afganistán sea el asilo de los terroristas”, dijo Rasmussen en una rueda de prensa.
Pero el dinero y las vidas que ya han invertido en la operación en Afganistán durante los nueve años y medio que lleva desarrollándose, parece que no traen los resultados deseados. De hecho da la impresión de que la misión ha acabado por convertirse en "un callejón sin salida", según Matthew Hoh, un excapitán de la Marina y actual empleado del Departamento de Estado. “Las cosas son peor cada año. Y así es cada año que enviamos a más tropas a la zona del conflicto”, asegura.
De momento, la retirada completa de las tropas norteamericanas del territorio afgano está prevista para el año 2014, aunque precedida paradójicamente por el aumento de la presencia estadounidense en el país.