La Unión Europea (UE) aprobó un primer paquete de sanciones contra Siria, alcanzadas el viernes pasado tras la ola de revueltas y de denuncias de graves violaciones a los derechos humanos de los manifestantes por parte de las fuerzas de seguridad.
Las sanciones de la UE contra Siria incluyen el embargo de armas y de material usado para la represión, así como la congelación de bienes y la prohibición de visados para trece altos cargos del Gobierno de Bashar al-Assad de los que por el momento se desconoce su identidad.
De acuerdo con el documento aprobado en Bruselas, la UE prohíbe el envío de "armas y equipos que pudieran ser usados para la represión interna". La decisión adoptada por los 27 entrará en vigor el martes cuando se publique en el Diario Oficial de la Unión Europea.
No obstante, el presidente sirio, Bashar al-Assad, no se encuentra entre los gobernantes sancionados, hecho que no implica que pueda verse afectado en una futura revisión, según ha declarado hoy Carl Bildt, el ministro sueco de Relaciones Exteriores.
Mientras tanto, los choques entre opositores y fuerzas gubernamentales no cesan, y continúa el arresto de opositores. Este lunes, fuerzas gubernamentales entraron con tanques y vehículos blindados en Homs, tercera ciudad siria situada en el oeste del país, con el pretexto de "la presencia en la zona de varios grupos armados de extremistas", según los medios estatales.
Nuevos batallones de soldados y policías se han desplazado hacia esta ciudad, donde las tropas registran casa por casa y detienen a multitud de personas. Según indicó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, tres barrios de Homs (Bab Sebaa, Bab Amro y Tal al-Sour) "están completamente sitiados", y un número indeterminado de personas han sido arrestadas allí. "Hay un bloqueo total de información sobre muertos y heridos. Las telecomunicaciones y la electricidad han sido cortadas en repetidas ocasiones", denunció el Observatorio Sirio.
Además, cerca de la ciudad de Homs un grupo de extremistas atacó un autobús y provocó la muerte de 11 civiles. El régimen ha desplegado también tropas en torno al suburbio de Muadhamiya, al oeste de Damasco. En este lugar se han escuchado este lunes fuertes tiroteos mientras inmensas columnas de humo negro se han levantado en el cielo. El barrio permanece sin electricidad y ninguna línea de teléfono funciona, según aseguran algunos testigos.
El Observatorio Sirio señaló que 621 civiles han muerto desde el inicio de las protestas. Otro grupo de derechos humanos sirio, Sawasiah, calcula que la cifra de civiles muertos supera los 800.
La agitación en Siria comenzó el 15 de marzo en la ciudad de Deraa. El presidente Assad, en el poder desde la muerte de su padre Hafez al-Assad en el año 2000, respondió inicialmente con vagas promesas de reforma y el mes pasado revocó el estado de emergencia que duró 48 años, desde 1963. Pero al continuar las manifestaciones Assad ha utilizado la fuerza para acabar con los disturbios y envió al Ejército a aplastar al descontento público, primero en Deraa y luego en otras ciudades sirias.