La Oficina de Investigaciones y Análisis para la Seguridad de la Aviación Civil de Francia (BEA, por sus siglas en francés) no está segura de que pueda decodificar los datos de vuelo de las cajas negras del Airbus A330-200 de Air France, accidentado en el océano Atlántico en mayo del 2009.
El jueves, las cajas negras con la grabación de los datos del avión fueron llevados a BEA, cuya sede se encuentra en Le Bourget, cerca de París. "Podemos comenzar la operación de descifrar los datos de vuelo. Esperamos ser capaces de hacerlo, aunque en esta etapa ni siquiera podemos garantizar esto", dijo en un comunicado Jean-Paul Troadek, el director de BEA. Además, agregó que el lunes darán a conocer los resultados de la operación. Los expertos tardarán tres días en analizar la información.
Troadek señaló también que los equipos de recuperación encontraron y sacaron a la superficie un gran número de restos del avión, los que permitirían hacer un análisis profundo e investigar las causas de la tragedia. Los restos del aparato estaban a una profundidad de 3,9 kilómetros.
El 1 de junio de 2009, el Airbus A330-200, vuelo 447 Río de Janeiro–París, desapareció de las pantallas de radar cerca de la costa de Brasil con 228 personas a bordo. Después de que la aeronave no aterrizara en el aeropuerto la compañía aérea anunció la pérdida. Los restos del avión se encontraron varios días después. Durante la operación de búsqueda fueron encontrados 51 cuerpos. De momento se desconocen las circunstancias que rodearon a aquel accidente aéreo, pero con los trabajos exitosos de rescate aparece la esperanza de finalmente conocer las causas de lo sucedido.