La Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA) estadounidense ha publicado su nuevo plan de modernización del potencial nuclear del país y de observación de medidas de no proliferación de armamento nuclear para los siguientes diez años.
En particular, el organismo tiene la intención de alargar el plazo de servicio de algunos tipos de armamento nuclear estratégico y de crear nuevas formas de propulsores nucleares para las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. En particular, se planea modernizar y extender la vida operativa de dos tipos de ojivas del tipo W-76 y modernizar la bomba B-61.
La NNSA no ha publicado detalles sobre la financiación del proyecto o la cantidad del arsenal nuclear que se va a modernizar, pero sí ha destacado que el tiempo operativo del arsenal nuclear irá en aumento.
Así, según la última versión del plan estratégico, hasta finales de 2018 se planea finalizar la prolongación del período de servicio de las ojivas W76-1, utilizadas en los submarinos de misiles balísticos, y las más difundidas en el arsenal de las fuerzas nucleares estratégicas del país.
También se llevarán a cabo trabajos de desmantelamiento de las armas nucleares en desuso, como las bombas B-53, cuya producción finalizó en 1997. A su vez en 2015 la NNSA planea acabar el diseño del reactor A1B, que se usará en los portaaviones de la nueva clase ‘Gelard Ford’.
Otra iniciativa, que debe implementarse para 2017 consiste en un estudio para extender en unos 30 años la vida operativa de las bombas nucleares B-61, cuyos portadores en la actualidad pueden ser los bombarderos estratégicos B-1B Lancer, B-2 Spirit, B-52 Stratofortress y los cazabombarderos el F-15E Strike Tagle y F-35 Lightning II.
En mayo de 2010 el Ministerio de Defensa de EE. UU. anunció que el arsenal nuclear del país está constituido por 5113 cabezas nucleares en la primera vez que el Pentágono muestra sus cartas nucleares desde el 1961.
A pesar del plan de EE. UU. de prolongar la vida de sus recursos nucleares, hay que destacar que las dimensiones del armamento nuclear deberán reducirse de acuerdo con el nuevo tratado ruso-estadounidense para el recorte de armas estratégicas de ataque. El nuevo START, firmado en 2010, entró en vigor en febrero de este año. Según el tratado ambos países deben reducir sus armas estratégicas ofensivas a 1550 ojivas nucleares y 800 vehículos desplegados por cada parte.