El martes Estados Unidos anunció sanciones contra siete empresas internacionales, entre ellas la petrolera estatal venezolana PDVSA, por supuestos negocios con Irán. La medida fue anunciada por el subsecretario de Estado, James Steinberg.
Las sanciones representan una escalada diplomática en los intentos de EE. UU. de obligar a Irán a abandonar su presunto programa de producción de armas nucleares.
Además de la PDVSA venezolana, las empresas sancionadas son Royal Oyster Group, con base en los Emiratos Árabes Unidos; PCCI, con sede en Jersey e Irán; Tanker Pacific, de Singapur; Speedy Ship, localizada en los Emiratos y en Irán; Ofer Brothers Group, de Israel; y Associated Shipbroking, con base en Mónaco.
EE. UU. "aprieta las tuercas"
Según el consejero adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, las sanciones representan “un mensaje al Gobierno de Irán, que, por dejar de cumplir sus obligaciones, pagará un costo cada vez mayor".
"Vamos a aumentar la presión, no haremos pausa. Seguiremos buscando modos para apretar las tuercas", declaró el alto funcionario, añadiendo que la idea de imponer sanciones contra las empresas quiere dar a entender a las compañías que "es mejor negociar en otra parte".
Esta idea fue apoyada también por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, que afirmó que EE. UU. "quiere enviar un mensaje claro y contundente a las empresas de todo el mundo: aquellas que sigan con su apoyo irresponsable al sector energético de Irán y ayudando a Irán a evadir las sanciones de EE. UU. sufrirán serias consecuencias".
¿Por qué PDVSA?
Durante meses el Departamento de Estado ha estado buscando confirmaciones a sus sospechas de que Venezuela podría estar violando las sanciones contra Irán.
A principios del presente año tuvieron lugar reuniones entre representantes oficiales de Washington y Caracas para tratar sobre la Ley Integral de Sanciones, Responsabilidad y Desinversión. Dicha ley, que data de 2010, amplía el alcance de la Ley de Sanciones a Irán de 1996, que impide que la República Islámica pueda adquirir la capacidad para desarrollar un arma nuclear. Según declaró en aquel entonces la secretaria de Estado, Hillary Clinton, EE. UU. "actuará" si descubre pruebas de violaciones del régimen de sanciones por parte de Venezuela.
Ahora el Gobierno estadounidense afirma que el país latinoamericano suministró a Irán dos cargamentos de un compuesto destinado a mejorar la calidad de la gasolina por un importe de 50 millones de dólares.
En qué consisten las sanciones
Según el subsecretario de Estado norteamericano, las sanciones a PDVSA le impedirán participar en cualquier contrato directamente con el Gobierno estadounidense y acceder a financiamiento para importar y exportar. Sin embargo, las medidas no afectarían a las enormes ventas de petróleo de la empresa al vecino norteamericano, ni a las actividades de sus subsidiarias, como por ejemplo la refinería Citgo Petroleum Corporation.
Analista de RT: EE. UU. intenta sabotear la política petrolera de Chávez
La analista de RT Eva Golinger considera que el objetivo principal de Washington no es nada más que interferir en la competencia regional en la esfera petrolera y recuperar su dominación en América Latina. “Bajo el Gobierno de Hugo Chávez, PDVSA actúa de una manera muchísimo más independiente y libre de las presiones del Gobierno de EE. UU. Eso ha abierto otros caminos y otros acuerdos comerciales con distintos países, como China o Rusia, e Irán es uno de ellos, y por toda América Latina. Obviamente la política petrolera de Venezuela ha sido fundamental en los procesos de integración en América Latina y en los procesos de soberanía e independencia. Sin duda creo que la presión económica tiene varios fines y uno de ellos es interferir en la competencia regional. Intentar recuperar la dominación de EE. UU.”, sostiene Golinger.
La experta está segura también de que “es una fórmula de presión para aislar, deslegitimar el Gobierno venezolano y […] es solo el comienzo de las acciones más agresivas de Washington”.
"Involucrar a Venezuela en un programa nuclear es una ridiculez"
Algunos políticos venezolanos ya han expresado su punto de vista sobre la medida, que calificaron de “ridícula”. El diputado del partido del Gobierno, Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Freddy Bernal afirmó que las suposiciones de que Venezuela esté involucrada en el caso no son adecuadas y consideró las sanciones una nueva "intromisión" de EE. UU.
"Mayor ridiculez no hay. Involucrar a Venezuela en un programa nuclear es una ridiculez", dijo el diputado a periodistas después de que EE. UU. anunciara sus sanciones.
“No nos sorprende que los Estados Unidos una vez mas quieran convertirse en el policía del mundo. Otra vez la señora Hillary Clinton, haciendo como la jefa de las colonias en América Latina, pretende imponer sanciones en contra de PDVSA por supuestos lazos con un programa nuclear iraní”, señaló el ex alcalde del municipio Libertador de Caracas, Bernal.
“Que hagan lo que les venga en ganas a ellos. Nosotros somos soberanos, no tenemos que pedir permiso para decidir quiénes son nuestros amigos o nuestros enemigos”, sentenció.
Venezuela repudia las sanciones
Según comunica la Agencia Venezolana de Noticias, la Asamblea Nacional (AN) discutió en la sesión ordinaria un acuerdo de rechazo a las sanciones y manifestó su "contundente repudio" a la decisión de EE. UU.
El acuerdo fue propuesto por el diputado Saúl Ortega, del PSUV, que calificó las sanciones de una medida hostil y unilateral. En su discurso a los miembros de la sesión, el parlamentario sentenció que el Gobierno de EE. UU. se ha convertido en “una amenaza para el mundo y para su propio pueblo”.
PDVSA es uno de los cinco mayores proveedores de crudo de Estados Unidos: abastece al país con cerca del 10% de sus necesidades de importación de petróleo. En referencia al caso, el diputado del sector conservador del Parlamento Omar Barboza consideró la acción de Estados Unidos de desproporcionada y contraria al interés nacional, porque afectará a la industria petrolera. Y el canciller venezolano, Nicolás Maduro, afirmó que se realiza una evaluación general de la situación, "para determinar hasta donde estas sanciones afectan la operatividad y el suministro de 1,2 millones de barriles de petróleo diarios a los EE.UU.".