Las fuerzas especiales de Serbia detuvieron a un hombre identificado como Ratko Mladić, jefe del Estado Mayor del Ejército de la República Srpska (VRS) durante la Guerra de Bosnia (1992–1995), según ha anunciado el presidente de Serbia, Boris Tadić, en una conferencia de prensa convocada especialmente por este tema.
Ratko Mladić está acusado por el tribunal de La Haya de crímenes contra la humanidad, como genocidio y crímenes de guerra. Los cargos contra él y otros líderes serbobosnios fueron presentados en 1996 por el Tribunal Penal Internacional de la antigua Yugoslavia (TPIY) en La Haya.
Se le imputa el uso de 'cascos azules' como 'escudo humano', el asedio de la capital de Bosnia, Sarajevo, durante tres años que dejó más de 10.000 muertos, y la masacre en Srebrenica, que acabó con todos los musulmanes de género masculino de la localidad, 8.100 en total.
Ratko Mladić nació en 1943 en el territorio de lo que entonces era Croacia. Tenía tan solo dos años cuando su padre murió en una batalla contra los fascistas croatas que llevaban a cabo un genocidio de serbios. Al crecer Mladić optó por la carrera militar. Su avance en la escala del ejército llegó a ser aún más notable cuando empezó la desintegración de Yugoslavia.
En 1992 estalló la guerra civil en Bosnia entre serbios, croatas y musulmanes, que vivían mezclados en la zona desde hace siglos. Mladić acaudilló el Ejército de los serbobosnios, que se pronunciaron como un estado independiente. Soñaba con una Serbia unida. En poco tiempo dominó la mayor parte de Bosnia y se hizo muy popular entre sus compatriotas.
En 1996 la OTAN solicitó a las autoridades bosnias que entregaran a Mladić al tribunal de La Haya. Mladić desapareció de Bosnia y al poco tiempo le vieron en las calles de Belgrado, capital de Serbia, donde vivía abiertamente bajo la protección del presidente Slobodan Milošević. Después del derrumbamiento de Milošević en 2000, Mladić huyó. Desde entonces se sucedieron varios testimonios que aseguraban haberle visto en varias ciudades rumanas y serbias, pero jamás fue detenido. Oficialmente, su pista se perdió definitivamente en junio de 2002.
La Unión Europea suspendió la incorporación de Serbia a este organismo, hasta que Mladić fuera capturado y entregado al tribunal de La Haya. Se ofrecía una recompensa de 10 millones de euros a cualquiera que pudiera revelar su localización. La decisión del Gobierno serbio de entregar a Mladić a la Justicia internacional fue tomada como una traición por los simpatizantes del exmilitar, un negocio a cambio de la adhesión del país a la Unión Europea.
Muchos serbios a día de hoy comentan que sienten lástima por él. No creen que tenga la culpa. Le consideran un protector del pueblo serbio. Para muchos de sus compatriotas Ratko Mladić sigue siendo un héroe. Consideran que el objetivo del juicio es desviar la atención de las atrocidades cometidas por otros en los Balcanes, y de esta manera EE. UU. quiere convertir a los serbios en un chivo expiatorio ante La Haya y camuflar sus propios bombardeos en Kósovo.
Borislav Milošević, el hermano del expresidente de la antigua Yugoslavia Slobodan Milošević y el antiguo embajador de Yugoslavia en Rusia (1998 - 2001), considera al Tribunal de La Haya como un instrumento europeo que ejerce presión a Belgrado. Comentó a RT: “Este arresto es algo que el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia intentaba lograr. El Tribunal de La Haya, junto a toda Europa, presionaba a Belgrado. Entonces Belgrado hizo lo que debía hacer. Así que lo arrestaron muchos años después. Qué más se puede decir… Ahora esto elimina ciertos obstáculos en el camino de Serbia a la Unión Europea. Ésta era la condición para que Serbia ingresara a la UE”.
El hombre detenido en Serbia tenía documentos a nombre de Milorad Komadić. Fue arrestado por su semejanza física con Ratko Mladić y por tener varios rasgos característicos idénticos. Según informa la policía, se realizaron pruebas de ADN para averiguar su identidad.
El presidente de Serbia, Boris Tadíc, ha confirmado que el proceso de extradición de Mladić está en marcha y que ya no existen obstáculos para que el país se incorpore a la UE.