Desde 1995 EE. UU. lleva destinados más de 32 000 millones de dólares a 22 programas armamentísticos que no se han llevado a cabo debido a que han sido cancelados o simplemente abandonados.
El informe, elaborado por el Ejército estadounidense, revela que los recortes presupuestarios junto con la participación del país en las guerras de Afganistán e Irak han resultado ser el motivo de suspensión de varios proyectos de modernización militar ya iniciados por el Pentágono.
El Sistema Futuro de Combate (FCS), programa que buscaba integrar a través del sistema informático todos los elementos bélicos para ofrecer una mejor visión del campo de batalla, fue uno de los más perjudicados y, según indica el informe publicado, provocó una pérdida de más de 19 millones de dólares tras estar operativo entre los años 2000 y 2009.
Otro proyecto de desarrollo que no logró ser concluido es el del helicóptero Comanche, que, tras casi dos décadas en marcha y un gasto de 6000 millones de dólares, terminó por ser cerrado en el año 2004. Entonces el Pentágono tomó la decisión de sacrificar el dinero invertido en el proyecto para aprovechar los restantes 15 000 millones presupuestados para poder reparar viejos helicópteros Chinnok y comprar los nuevos que ya se estaban fabricando, como los Apache o Black Hawk.
"Desde el 11 de septiembre de 2001, Washington ha doblado sus programas de modernización —más de 700 000 millones de dólares en la última década— y ha dado como resultado unos avances relativamente modestos en capacidad militar efectiva", reconoció esta semana Robert Gates, secretario de Defensa de EE. UU.
Los analistas, sin embargo, hacen hincapié en que los motivos que se encuentran detrás de la suspensión de muchos programas desarrollados es que no son tan fácilmente aplicables a la realidad de las guerras que libran los soldados estadounidenses en Afganistán e Irak como se desearía. Aparte de ello, según expertos estadounidenses, el país necesita gozar del material bélico de una manera constante e inmediata, mientras que los proyectos de investigación exigen bastante tiempo.
Reducción del gasto militar, esperanza clave para salvar la economía estadounidense
Hace poco la Casa Blanca anunció la necesidad urgente de extender el límite de endeudamiento nacional, actualmente de 14,3 billones de dólares, y reducir un gasto militar que excede la capacidad de la economía.
Debido a que las dos guerras interminables en Afganistán e Irak y un tercer frente bélico en Libia tuvieron un costo demasiado alto para la economía estadounidense, Washington reconoció que la crisis generada por el déficit nacional solo puede reducirse mediante un análisis de cuánto dinero se destina al presupuesto militar y a las operaciones de este tipo, que no son algo barato para una economía con deudas.
A principios de año Robert Gates anunció que el Pentágono tendría que recortar en unos 23 000 millones de dólares su presupuesto en el marco del plan de reducción de gasto planteado por el Gobierno estadounidense. Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional asegura que Estados Unidos carece de un plan viable a medio y largo plazo para reducir sus problemas presupuestarios, sin olvidar la brecha ideológica existente entre demócratas y republicanos sobre la manera de abordar esta preocupante situación.