Cómo unos campesinos lograron comprar su propio pueblo

Alrededor de 200 vecinos de Caño Castilla, ubicado en el norte de Costa Rica, lograron "comprar" su propio pueblo, cuyos territorios fueron subastados judicialmente por ser producto de una deuda ajena.

Por sorpresa de los habitantes, que llevaban unos 30 años construyendo sus vidas en este pueblo, este no pertenecía al Estado, sino a una sociedad de tres estadounidenses que abandonaron el país en 1980, uno de los cuales tenía una deuda pendiente de unos 50 000 dólares con un empresario local.

El último exigió la confiscación y la subasta de la finca para recuperar su dinero. Cuando los vecinos se enteraron de la noticia, decidieron salvar la situación por sus propios métodos para no perder sus tierras, casas, negocios, escuela, iglesia, centro de salud y otros bienes.

Vendiendo vacas, sacando préstamos y haciendo colectas, las 30 familias (mayoritariamente campesinos) lograron reunir a tiempo la mitad de 12,5 millones de colones (equivalente a 25 000 dólares), el mínimo necesario para participar en la subasta. Al presentarse en el tribunal de la ciudad de Alajuela, 20 kilómetros al norte de San José, los campesinos rezaban para que no apareciera nadie con mayor capacidad de oferta. Finalmente los vecinos del pueblo fueron los únicos que pujaron por el inmueble, de modo que lograron adjudicarse su finca.

"Es enorme la emoción que siento en estos momentos, hemos ganado una batalla por nuestra supervivencia", dijo emocionada una de las vecinas de la aldea mientras compartía la inconmensurable alegría con todos los habitantes.

Mientras tanto aún falta la otra mitad del pago. Los vecinos de Caño Castilla tienen tan sólo 2 días hasta este martes, 31 de mayo, para salvar definitivamente las tierras rematadas. El Gobierno de Costa Rica, a su vez, ya ha ofrecido su apoyo monetario a los luchadores habitantes.