En los últimos cuatro años el presidente ecuatoriano Rafael Correa, ha logrado reducir los índices de pobreza del país en un margen del 4%, así lo revela un libro, presentado por René Ramírez, secretario nacional de Planificación y Desarrollo del Ecuador, dedicado a los logros de la Revolución Ciudadana.
Según el autor de la obra, durante los últimos cuatro años el indicador de pobreza en esa nación andina ha disminuido 4,9 puntos, cayendo del 37,62% en 2006 al 32,76% en 2010.
Afirmar que cada vez hay menos pobres en Ecuador no significa desconocer una realidad que incluye todavía a casi tres de cada diez personas, pero la reducción de 4,9 puntos porcentuales en cuatro años y de 7,6 puntos en la zona rural, es un avance considerable, se indica en el libro titulado los '100 logros de la Revolución Ciudadana'.
Las políticas económicas del gobierno, como el Bono de Desarrollo Humano que beneficia a las madres solteras, incapacitados y ancianos han contribuido de gran manera para la mejora a nivel social de los casi cinco millones de pobres en esa nación.
Además gracias a estas acciones se ha notado una mejoría en las zonas rurales tradicionalmente excluidas. Otros factores de contribución han sido los créditos otorgados a los pequeños empresarios y una mayor reducción de impuestos para el beneficio social, lo que se ha traducido en la creación de nuevas plazas de trabajo.
Sin embargo a pesar de las cifras positivas, la Revolución Ciudadana del presidente ecuatoriano continúa con su trabajo para luchar contra la pobreza.
Por su parte, el ministro y coordinador de la Producción Empleo y Competitividad ecuatoriana, Mauricio Peña, comentó a RT que han logrado reducir los niveles de pobreza extrema en el país gracias a “un conjunto de acciones articuladas entre sí, que están contempladas en el ‘Plan Nacional del Buen Vivir’”.
Según el ministro, cuando la administración de Rafael Correa asumió el poder, “la situación de pobreza era alarmante en determinadas provincias del país, especialmente en los territorios donde hay una alta incidencia del sector indígena”. Agregó además que “estos sectores habían sido abandonados a su suerte por otros gobiernos, frente a lo cual la actual administración tomó la decisión de entrar en un proceso emergente de apoyo directo, con un bono de desarrollo humano, y con ayudas directas de asistencia”.
Señaló también que para incorporar a estos sectores a las labores productivas, el Gobierno tomó la decisión de “articular planes” a través de estrategias, una de ellas, la implementación de un crédito de hasta 800 dólares para las personas que se benefician del Bono de Desarrollo Humano.
“Estos créditos que aparentemente son pequeños, para las personas que nunca tuvieron acceso a recursos monetarios, han significado la posibilidad de dar pequeñitos saltos, con la adquisición de equipos tan elementales como una máquina de coser o una cocina, equipos con las que estas familias ya pueden tener ciertos niveles de actividad productiva, con la preparación de alimentos o con las labores de costura, etc., que van permitiendo de a poco lograr que salgan de los niveles de pobreza en los que estuvieron sometidos”, concluyó Peña.