Un bebé de tres kilos vio la luz a bordo de un avión de la aerolínea Iberia en pleno vuelo entre Malabo, la capital de Guinea Ecuatorial, y Madrid. El parto gozó casi de todas las comodidades de una clínica de lujo debido a que entre los pasajeros se encontraban un ginecólogo, una comadrona y un pediatra.
El alumbramiento, muy rápido, conforme a un comunicado de Iberia, ocurrió algo más de dos horas después de que el avión despegara y antes de que aterrizara en el punto de destino. Además el bebé fue bautizado gracias a la presencia a bordo de un sacerdote católico. El nombre del recién nacido es Antonino, así lo decidió la madre, una mujer guineana de 38 años.
A su llegada a la capital española, ambos fueron ingresados en el hospital de La Paz en Móstoles. Se informa al mismo tiempo que el estado de salud de ambos no presenta peligro alguno.
Muchas compañías aéreas son bastante estrictas en materia de admisión a bordo de mujeres con embarazos de siete meses o más, o incluso categóricamente no les permiten viajar. Las normas de Iberia son más flexibles: pese a que no se recomienda a las embarazadas, la línea aérea “no puede prohibir a alguien volar”, según indicó una portavoz que comentó el feliz incidente. Con este caso ya son cinco los nacimientos que se han producido a bordo de los aviones de Iberia en pleno vuelo.
Para evitar un 'efecto llamada', la portavoz desmintió 'una leyenda urbana', según dijo, de que la empresa haya practicado la entrega de billetes gratuitos a los bebés nacidos a bordo de forma vitalicia. Advirtió que la compañía estudia hacer un obsequio a la madre y a su bebé, pero nunca un regalo de tan importantes características.