Los ecologistas británicos alertan sobre el peligro que representa una planta de procesamiento de material nuclear situada en el norte de Inglaterra. Además de dañar al medioambiente, esta reserva de plutonio también podría ser un blanco para terroristas, aseguran los especialistas.
El distrito de los lagos situado en el noroeste de Inglaterra inspiraba a los poetas británicos de antaño gracias a ser uno de los lugares más pintorescos del país. Hoy en día, sus idílicos paisajes no son fuente de inspiración sino de preocupación debido a una de las reservas mundiales más grandes de plutonio.
Cinco hombres que sacaban fotos en los alrededores del complejo Sellafield, en el condado Cumbria, poco después de la muerte de Bin Laden fueron detenidos como sospechosos de actividad terrorista. A pesar de su rápida liberación, el incidente llamó la atención a la amenaza no tan aparente que representan los desechos tóxicos de combustible nuclear civil.
Según comenta el redactor científico del periódico británico The Independent, Steve Connor, “el temor más grande desde los atentados del 11 de septiembre es que el plutonio se convierta en un blanco de los terroristas... 5 kilos de este material harían de gran parte de Londres una zona imposible de habitar durante años. Y aquí tenemos cerca de 100 toneladas".
En la planta de procesamiento de material nuclear de Sellafield reciclan los residuos de plutonio produciéndose una mezcla de óxidos, conocida como el combustible nuclear MOX. De acuerdo con la opinión de sus fabricantes, esto contribuye tanto a la solución del problema de almacenamiento como a la no proliferación. Aunque a ojos de los ecologistas, no todo en este campo es color de rosa.
El jefe científico de Greenpeace UK, Doug Parr, explica: “El rendimiento de la planta de MOX en Sellafield ha sido mínimo en comparación con lo planeado, y los gastos son enormes. Según un cable filtrado por WikiLeaks, Estados Unidos lo describió como una gran vergüenza industrial y algo inútil.”
Y parece que su producción se ha hecho aún menos rentable tras la catástrofe en la central nipona de Fukushima. El principal comprador potencial, Japón, ha descartado la idea de adquirir el MOX que se iba a producir aquí con su plutonio.
Según recalca Steve Connor, Fukushima ha cambiado el panorama porque ahora en Japón crece la inquietud por el negocio nuclear como tal. Y el objetivo de Sellafield era producir combustible a partir del plutonio nipón y después vendérselo a Japón.
El Reino Unido ha perdido el mercado japonés, no obstante, planea invertir millones de dólares en la construcción de otra planta similar para producir este costoso combustible. Con su único propósito de deshacerse del plutonio, el MOX deja residuos radiactivos aún más difíciles de tratar, por lo cual parece ser nada más que un eslabón de otro círculo vicioso.