El proyecto de la resolución sobre Siria, presentado por Francia y Reino Unido en el Consejo de Seguridad de la ONU, fue suavizado en su última versión para que determinados miembros del organismo no lo vieran como un pretexto para iniciar una nueva intervención militar, informan diferentes medios occidentales citando las fuentes de la ONU.
El documento no prevé imponer un embargo armamentístico a Siria, pese a que el texto sí que insta a la comunidad internacional a congelar los suministros de armas al país. La versión final de la resolución condena la violación de los derechos humanos en Siria, pide un alto el fuego inmediato y exige a las autoridades que permitan la llegada al país de observadores internacionales. El documento exhorta al gobierno sirio a realizar reformas y a liberar a todos los presos políticos. Además, en la resolución se subraya que "la situación debe ser arreglada en el interior de Siria y por su propio pueblo”.
Reino Unido, Francia, Alemania y Portugal presentaron la versión renovada del proyecto de resolución sobre Siria ante el Consejo de Seguridad este miércoles. Según informó el representante permanente de Reino Unido ante la ONU, Mark Lyall Grant, el texto del documento fue modificado debido a que algunos miembros del Consejo de Seguridad habían expresado su preocupación con respecto a la resolución 1973 que aprobó en marzo la creación de una zona de exclusión aérea sobre Libia, lo que dejó vía libre para la intervención militar extranjera en el país norteafricano.
“Esperamos que todos los miembros del Consejo de Seguridad aprueben el proyecto y que la votación se realice en los próximos días”, añadió Grant.
Por su parte, el embajador permanente de Rusia ante la ONU, Vitali Chúrkin, cree que la resolución contra Siria podría “generar un efecto distinto del que pretenden sus impulsores”. Previamente, el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, anunció que Moscú no respaldaría una resolución contra este país de Oriente Próximo. Al mismo tiempo el mandatario ruso hizo un llamamiento al presidente sirio, Bashar Assad, para que "pase de las palabras a las reformas” y garantice una transición democrática.
El ministro ruso de asuntos exteriores, Serguéi Lavrov, también se ha pronunciado en contra de la intromisión de la ONU en los asuntos sirios. Según el canciller ruso, la crisis siria no debe resolverse en el Consejo de Seguridad, sino dentro del país, con ayuda de las partes involucradas en el conflicto.
Para que la resolución sea aprobada, se requieren nueve votos a favor del total de 15 integrantes y que ninguno de los cinco miembros permanentes del organismo (Rusia, EE. UU., Reino Unido, Francia y China) anteponga su veto. Si Rusia y China se abstienen, la resolución será ratificada incluso si Líbano, África del Sur, India y Brasil (miembros no permanentes) votan en contra.
El analista político Leonid Vélejov, redactor jefe de la revista “Top Secret” comentó a RT que ningún país está interesado en una injerencia militar en Siria. “Los países occidentales son sinceros en su deseo de acabar con los abusos y la violencia que existen en Siria. Creo que la situación se va a resolver de una manera pacífica, pero para que esto sea posible, el presidente Bashar Assad tiene que demostrar su voluntad de impulsar un cambio político. Por el momento hay muchas palabras y ninguna acción concreta”, sostiene el periodista.