Osama bin Laden sigue siendo el hombre más buscado, incluso después de muerto. No en vano, el buscador de tesoros Bill Warren se ha propuesto comprobar de una vez y para siempre si el terrorista número uno fue realmente exterminado.
“Lo vamos a hacer porque somos patriotas americanos y sentimos que el presidente Barack Obama no mostró suficientes pruebas”, asegura Warren, que dice no confiar ni en el gobierno ni en Obama.
El rastreo de los despojos del líder de Al Qaeda lo realizará en el mar Arábigo, donde el presunto cadáver de Osama bin Laden fue arrojado al mar desde un buque militar estadounidense el pasado mes de mayo tras ser anunciada su aniquilación en el transcurso de una operación especial en Pakistán.
“Intentaremos localizar y recuperar su cuerpo, fotografiarlo y hacer grabaciones en video, para después realizar un análisis de ADN”, dijo el aventurero.
Para cumplir su objetivo Warren cuenta con varios barcos y equipo de alta tecnología. El coste de la operación ascenderá a unos cientos de miles de dólares.
Warren fundó una empresa de buceo comercial en 1972 y ha llevado a cabo operaciones para recuperar tesoros y bienes naufragados en mares de todo el mundo.