Con la iniciativa privada en Cuba ganan tanto los ‘cuentapropistas’ como el Estado

La economía de Cuba “va a seguir desarrollándose mucho más” con el programa de potenciación del sector privado implementado por el gobierno de Raúl Castro. Así lo considera el viceprimer ministro de Vietnam, Truong Vinh Trong, que se encuentra de visita oficial en La Habana. Y es el juicio de un

La economía de Cuba “va a seguir desarrollándose mucho más” con el programa de potenciación del sector privado implementado por el gobierno de Raúl Castro. Así lo considera el viceprimer ministro de Vietnam, Truong Vinh Trong, que se encuentra de visita oficial en La Habana. Y es el juicio de un experto, puesto que en la década de los años 90 del siglo pasado, su país siguió un camino semejante hacia la reintegración al mercado mundial, conservando el papel dominante del Partido Comunista en la vida política.

A partir del progreso que se perfila, el alto representante vietnamita ha prometido “seguir cooperando en los sectores en que tenemos ventajas o potencialidades” y “alcanzar muchos acuerdos y la rubricación concreta de un convenio” que daría soluciones, en particular, al tema de la seguridad alimenticia de la nación cubana.

Lo esencial para que los cubanos puedan producir más, tanto en el sector agroalimentario como en otros sectores de la economía, según los propios líderes cubanos, es el derecho a contratar mano de obra. Y esta es una de las ventajas previstas por las reformas iniciadas después del reciente Congreso del Partido Comunista de Cuba.

Mientras tanto, cada día más ciudadanos cubanos hablan sobre las futuras mejoras en su vida, aprovechando lo que han tenido en propiedad, para sacar beneficios legales. Así, para el que tenga un vehículo viejo, no hay nada más fácil que convertirse en taxista. Debido a esto, la nueva fórmula del desarrollo es todo un beneficio, según reconoce Camilo Horito Martínez, un automovilista que protagoniza el reportaje especial de RT.

“Yo mismo soy mi jefe, no puedo trabajar hoy por alguna situación, no tengo que darle cuenta a nadie”, asegura el ‘cuentapropista’ que goza de sus derechos laborales recién adquiridos y en general, de la apertura a la iniciativa privada. Y en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social efectivamente creen que aquellas actividades se irán transformando paso a paso en los medios fundamentales de la producción.

El sector que más se ha ajustado a esta nueva medida es el de la restauración. Debido a la intensa competencia, los propietarios se ven obligados a elevar constantemente el nivel de los servicios prestados, lo que conlleva una mejora en la oferta.

Desde octubre del 2010 más de 200.000 personas recibieron las acreditaciones estatales para poder trabajar de manera particular. Entre los trabajadores autónomos se encuentran vendedores, albañiles, carpinteros, peluqueros, etc.

La tasa de impuestos que tienen que pagar depende de su profesión y puede llegar a ascender hasta la mitad de sus ingresos. Además, para obtener el permiso oficial en muchas localidades se forman largas colas. Pese a esas molestias, los que trabajan por cuenta propia afirman que sí que hay recompensa para ellos: tienen los mismos derechos que cualquier trabajador y así el beneficio siempre es mayor.