La Justicia chilena bloquea la construcción de cinco presas en la Patagonia
La Corte de Apelaciones de Puerto Montt, en el sur de Chile, frenó hoy en seco la construcción de cinco presas en la Patagonia, en el marco del polémico megaproyecto HidroAysén.
"El tribunal de alzada acogió una orden de no innovar presentada en contra de la resolución que aprobó, lo que significa que el proyecto se encuentra paralizado hasta que no se resuelva el fondo del asunto", se señala la resolución del tribunal.
Con esta orden judicial, el proyecto hidroeléctrico, que había recibido el visto bueno del presidente chileno, Sebastián Piñera, se queda en el aire a la espera de que se demuestre la transparencia de su finaciación. Además de las objeciones por causas ambientales, el proyecto fue cuestionado al trascender que una de las compañías implicadas, la española Endesa, había donado un millón de euros a una fundación encabezada por la esposa del mandatario Piñera, Cecilia Morel. A ello se suma el hecho de que un cuñado de Piñera, Eduardo Morel, es el director de Hidroaysén y gerente de Colbún, empresa que impulsó la construcción junto con Endesa.
El megaproyecto fue aprobado el pasado mes de mayo en medio de las protestas de los ecologistas, que alertan del fuerte daño medioambiental que causará la obra. Sin embargo, el gobierno defiende la obra como la única capaz de garantizar la demanda energética del país, ya que la construcción de las presas duplicaría la matriz energética (la producción total de energía) para el año 2020.
El proyecto Hidroaysén incluye cinco centrales hidroeléctricas en los ríos Baker y Pascua, ubicadas en la región de Aysén, en el sur del país. Sobre el papel, el proyecto tiene una potencia de 2.750 megavatios, equivalente al de tres reactores nucleares. De llevarse a cabo, se trataría de la obra más importante emprendida en Chile, con una inversión estimada de unos 3.200 millones de dólares. El plan contempla el tendido de una línea de alimentación eléctrica que conectaría con el Sistema Interconectado Central (SIC), lo que permitiría que la energía llegase de la región de Aysén hasta Santiago.
Mientras tanto, los grupos ecologistas advierten que el complejo inundaría casi 6.000 hectáreas de reservas naturales, afectando a varios parques nacionales, humedales, y áreas prioritarias de conservación de la naturaleza. Para transmitir la electricidad se construirían líneas de alta tensión a lo largo de 2.000 kilómetros. Parte de la muralla de la central Baker 2 pasaría por el Parque Nacional Laguna San Rafael, causando un daño visual irreversible en la zona. Desde que se aprobó la construcción los activistas convocan una tras otra manifestaciones multitudinarias en contra de la construcción de Hidroaysén.