Pistolas reales en lugar de rifles de plástico, balas en vez de corchos, cuchillos en lugar de tirachinas... Estos son los juguetes que manejan miles de menores de edad colombianos. De hecho, hasta 14.000 niños podrían estar involucrados en el conflicto armado en Colombia, según un informe de la Defensoría del Pueblo que reúne datos gubernamentales, de la ONU, Unicef y de distintas ONG.
El informe, que fue presentado en un foro internacional relativo a las recomendaciones de la ONU sobre los niños y niñas afectados por el conflicto armado en Colombia, detalla que uno de cada cuatro combatientes en el país podría ser menor de edad. Además, entre el 20 y el 30% de algunas bandas guerrilleras y de grupos sucesores de antiguos paramilitares podrían estar compuestos por niños soldados.
Según advirtió la delegada de la Defensoría del Pueblo para la infancia, Pilar Rueda, el número podría ser incluso mayor. “No existen cifras únicas, ya que al ser una actividad ilegal es muy difícil tener números exactos”, dijo.
Sin embargo, el Sistema de Alertas Tempranas de la Defensoría del Pueblo registró 158 situaciones de riesgo relacionadas con el reclutamiento forzado de menores en el periodo comprendido entre el 1 de enero del 2008 y el 30 de abril del 2011.
“Naturalizan el abuso, piensan que la vida es así”
La principal amenaza para los niños son las FARC, seguidas de bandas criminales (conocidas como bacrim) y la izquierdista ELN. El defensor del pueblo en Colombia, Volmar Pérez, señaló que el reclutamiento de menores "es una práctica sistemática por parte de los distintos grupos armados ilegales".
Por su parte, Carlos Martínez, de la ONG Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes con el conflicto armado, denunció que la situación se complica por el hecho de que "la fuerza pública viene utilizando a los pequeños en el marco de las campañas cívico-militares y eso también tiene un costo".
Los motivos que impulsan a los grupos armados a enrolar a los niños no están del todo claros. Los psicólogos sostienen que resultan vulnerables básicamente porque su desarrollo emocional es menos fuerte, son más osados y despiertan menos sospechas que los adultos. "Una de las secuelas más fuertes es que naturalizan el abuso, piensan que la vida es así", asegura Pilar Rueda.
El conflicto armado que azota a Colombia desde hace más de 40 años ha causado un número colosal de víctimas, en su mayoría civiles. Los principales implicados en el conflicto son las fuerzas de seguridad, los paramilitares, los grupos guerrilleros, el narcotráfico, los terratenientes y las mafias.