Marcela y Felipe Noble Herrera, hijos adoptivos de la directora del diario argentino Clarín, Ernestina Herrera de Noble, acudieron hoy a un hospital de Buenos Aires para someterse a un examen de ADN. A los hermanos se les extrajo allí sangre, saliva y cabello en cumplimiento de una orden judicial que investiga si son hijos de desaparecidos durante el último régimen militar (1976-1983).
A comienzos de junio, un tribunal en Argentina determinó que los Noble Herrera debían hacerse obligatoriamente pruebas de ADN, resolución a la que se habían opuesto en dos ocasiones anteriores. Sorprendentemente para todos, la semana pasada los hermanos aceptaron someterse al análisis. Su decisión acontece 10 años después de que se iniciara la causa judicial.
"Luego de diez años de postergaciones, se cumple hoy con la ley", dijo a la prensa Alan Iud, uno de los abogados de la organización humanitaria Abuelas de Plaza de Mayo, querellante en el proceso.
Los letrados de Noble Herrera afirman que sólo deben compararse los resultados con los de las familias querellantes, Gualdero-García (que reclama a Felipe) y los Miranda-Lanuscou (que piden a Marcela). Pero las Abuelas de Plaza de Mayo buscan que se cotejen con todos los datos de aquellos que buscan hijos o nietos desaparecidos.
Otras 400 personas no saben quiénes son
Marcela y Felipe Noble Herrera fueron adoptados por Ernestina Herrera de Noble en mayo y julio de 1976. La parte querellante – Abuelas de Plaza de Mayo y dos familias que aseguran tener un vínculo consanguíneo con ellos– insisten en que los bebés fueron adoptados ilegalmente, y que en realidad son hijos biológicos de algunas de las víctimas de la dictadura militar que probablemente fueron torturadas y asesinadas.
Por su parte, la defensa de la familia Herrera de Noble ha reiterado que no hubo irregularidad durante el proceso de adopción. A eso se suma el hecho de que los propios Marcela y Felipe han apoyado a su madre adoptiva públicamente y se han pronunciado en contra de la investigación. Los hermanos han dicho sentirse víctimas de una persecución por parte del gobierno actual, enemistado con el conglomerado Clarín.
El caso de Herrera de Noble forma parte de un megaproceso contra los altos mandos del gobierno militar, encabezado por Jorge Rafael Videla, sentenciado a cadena perpetua.
Los vestigios de la época de la dictadura militar siguen conmoviendo a la sociedad Argentina, pese a que han pasado más de 30 años. Sólo ahora se están empezando a esclarecer las circunstancias de los delitos cometidos hace tres décadas. Los ocho años de gobierno militar dejaron un saldo de más de 30.000 muertos y estuvieron marcados por los secuestros masivos y las apropiaciones de bebés.
El grupo Abuelas de Plaza de Mayo, que acaba de presentar su candidatura al Premio Nobel de la Paz 2011, estima que unos 500 recién nacidos les fueron arrebatados a sus padres y que sólo un centenar de esos niños han logrado establecer su identidad hasta el momento.