Conocida es la expresión española que afirma que "del cerdo se aprovecha todo, hasta los andares". En la industria cárnica, por ejemplo, se valoran mucho las tripas naturales por el sabor adicional y aspecto artesanal que confieren al producto elaborado, lo que se conoce desde la época romana.
Sin embargo, el inesperado descubrimiento de los funcionarios del Archivo Histórico Nacional de Toledo (España central), reveló otra posible manera de usar las tripas: cuando analizaban manuscritos antiguos, los archiveros encontraron dos condones de la primera mitad del siglo XIX fabricados a partir de tripa de cerdo .
“Fue una sorpresa. Estábamos estudiando la correspondencia del Ducado de Béjar, fechada entre 1814 y 1830, cuando encontramos el paquete. No sabemos a quién pertenecían pero es probable que procedan de Francia. Su uso era algo común entre la gente pudiente”, explicó la directora de la sección de Nobleza del archivo de Toledo, Arantxa Lafuente.
Se conoce que los preservativos de la época no sólo se hacían de intestino de cerdo, sino también de tripa del cordero, ideal para las salchichas, y de calibre más fino. Para usar las tripas animales como preservativo se debía cocer uno de sus extremos. La técnica de 'preparación para el combate' de un condón antiguo comprendía varias étapas: primero se lo ablandaba remojado en leche y después de ser usado se desinfectaba con agua tibia y se llenaba de talco o fécula de papa… para después volverse a usarlo.
No se trata del primer hallazgo de este tipo. En 2008 fue hallado otro condón, también metido entre libros. En aquella vez ocasión apareció escondido en un libro de medicina de la biblioteca de la Universidad de Salamanca. Sin embargo, aquel descubrimiento llegó con cierto retraso, ya que un museo de Inglaterra había organizado con anterioridad una exposición de preservativos de 450 años de antigüedad.
Además, en 1992 se subastó un condón de origen francés que databa de inicios del siglo XIX, medía 20 centímetros de largo y presentaba dibujada a una religiosa semidesnuda.
Con todo, el condón más antiguo se remonta al primer milenio anterior a Jesucristo, y fue fabricado por egipcios a partir de vejigas de pescado.
Su invención en Europa se atribuye al anatomista y cirujano italiano Gabriele Falloppio en el siglo XVI, aunque los primeros preservativos eran de lino o de seda, poco elásticos y poco seguros.
Los preservativos encontrados en el archivo toledano penetraron en España, pese a que la todavía existente Inquisición los calificaba de escándalo contra natura.