México: La narcomafia vive, los periodistas mueren
Desde que comenzó este año México ha enterrado a 4 periodistas. Con un total de 66 periodistas muertos en diez años y otros 13 desaparecidos desde 2003, es el segundo país -después de Pakistán- más peligroso del mundo para los representantes del cuarto poder. La lógica de los sicarios que eliminan inmutablemente a los integrantes de la prensa es muy simple: los muertos o atemorizados callan.
Balbina Flores, miembro de la organización Reporteros Sin Fronteras en México, considera que "esto no lo hacen más que los integrantes del crimen organizado, y tendríamos que preguntarnos cuál es el mensaje. ¿Es para el medio o para los periodistas, para que se deje de publicar determinada información?".
De todos modos, los hechos son evidentes: según un informe de la Fundación MEPI, que promueve el periodismo de Investigación, la prensa regional en México informa menos del 5% de los asesinatos, ataques y violencia generados por el crimen organizado en el país. El informe 'México: la nueva espiral del silencio' se basa en un análisis de la cobertura de 11 diarios de la región y resume el impacto producido por la llamada narcoviolencia en la prensa, que muchas veces prefiere callar.
Aquí informar se paga con la muerte
Con el reciente asesinato del periodista del diario Notiver en Veracruz Miguel Ángel López Velasco, alias Milo Vela, junto con su esposa y su hijo, dejó al desnudo nuevamente un problema vital: sobre el periodismo en México pende una amenaza permanente.
Ironías del destino, la última investigación criminal que realizaba López Velasco era la desaparición del periodista Evaristo Ortega Zarate, supuestamente secuestrado en abril de 2010.
El diario Notiver, que se ocupa de investigar la actividad de los cárteles de drogas en el país, ha sido amenazado en múltiples ocasiones. En 2007, en el día de la libertad de prensa, depositaron en las puertas de la redacción una cabeza humana. Junto a ella aparecía un mensaje que decía: "Este es un regalo para los periodistas, van a rodar más cabezas y Milo Vela lo sabe muy bien". La nota fue firmada como 'Gente nueva', así se denominan los sicarios del cártel Los Zetas.
Tras esta amenaza, la organización Reporteros sin Fronteras (RSF) alertó inmediatamente: "Pedimos a las autoridades competentes que garanticen la seguridad de Lydia Cacho Ribeiro y Milo Vela, columnista para el diario Notiver".
El 21 de junio de 2011 Milo Vela fue enterrado.
"El norte de México es un infierno para los periodistas"
Veracruz, donde mataron a López Velasco, se considera una ciudad relativamente tranquila. Por esta urbe pasa una de las vías de drogas de Colombia a EE. UU. Sin embargo, dejó de ser un gran centro del narcotráfico en los noventa, cuando los servicios especiales de Colombia y EE. UU. consiguieron derrotar a los dos mayores cárteles: el de Medellín y el Cártel de Cali. En su lugar llegaron algunos grupos delincuentes más pequeños.
"En las zonas fronterizas con Norteamérica, allí es un verdadero infierno para los periodistas", afirma el reportero de Notiver Marcos Miranda Cogco.
En las zonas fronterizas no son raros incluso los ataques contra redacciones enteras. Así, en febrero en la ciudad de Torreón, en el estado de Coahuila, asaltaron la oficina del Canal 9. Un sicario entró con fuerza en el edificio y abrió fuego desordenadamente. Como resultado murió el ingeniero de Multimedios Televisión Rodolfo Ochoa. Y no es el único caso.
La peor fama en la zona fronteriza la tiene Ciudad Juárez. Es precisamente allí donde se han registrado 16 de los 66 asesinatos de periodistas durante los últimos diez años.
"Si te quieren matar te matarán y no pasará nada"
Judith Torrea, la periodista española que se dedica a cubrir las atrocidades que ve diariamente en Ciudad Juárez, afirma que la vida no vale nada en las zonas más violentas del país, y sobre todo si trabajas en la prensa.
"Sí reconozco el peligro. Pero lo único que tengo miedo en la vida es a no hacer lo que siento que debo de hacer, pese a que sé que si te quieren matar te matarán y no pasará nada. Este peligro aumenta si eres periodista, 'freelancer', como yo, y no te vendes ni a los narcos ni a las autoridades", dijo Judith a RT.
Cada día vive viendo la muerte, mutilaciones, violaciones, cadáveres, armas y encima sufre presión para que calle. "En estos 14 años cubriendo esta realidad varios de mis entrevistados han sido asesinados y otros han huido del país por amenazas feroces. Desde que recibí el premio Ortega y Gasset de periodismo digital 2010 por mi blog 'Ciudad Juárez, en la sombra del narcotráfico' (http://juarezenlasombra.blogspot.com), he recibido más presión para no informar. Y tomo mis precauciones, como todos los que vivimos en Juárez", sentenció Judith Torrea.
Muchos otros son menos valientes. Cierta cantidad de corresponsales huyen del país, porque no soportan la situación. ¿Se les puede juzgar por ello?
"Ahora intentamos no tener conflictos con la narcomafia"
"La vergonzosa conexión entre todos los casos es la falta de investigación y procesamiento de los asesinos", deduce respecto a los asesinatos de reporteros el Instituto Internacional de la Prensa (IPI).
En septiembre del año pasado los periodistas de El Diario de Juárez se dirigieron con una nota abierta a los líderes de dos cárteles que operan en el territorio de su ciudad. En el mensaje, publicado en la portada de su edición, los representantes de la prensa piden que les indiquen sobre qué y cómo debe escribir la prensa local. El acto fue impulsado por los asesinatos de sus dos colegas durante los últimos dos años.
El jefe del Departamento de Información de El Diario, Martin Orquis, explicó la posición del medio: "Nadie nos protege de los bandidos. Ahora intentamos no tener conflictos con la narcomafia. Sin embargo, no podemos evitar el tema actual de las drogas. En otro caso, ¿quién después de eso nos va a considerar periodistas?".