La Corte Penal Internacional ha emitido una orden de detención contra el gobernante libio, Muammar Gaddafi, su hijo Saif al-Islam y el jefe de los servicios de inteligencia del país Abdullah Senussi, cuñado del líder libio.
En una reunión especial en La Haya los jueces han considerado suficientes las pruebas presentadas por el fiscal general del organismo, Luis Moreno Ocampo.
Según el acusador, el coronel Gaddafi, algunos de sus familiares y miembros de su Gobierno cometieron crímenes de lesa humanidad al atacar “de manera sistemática” a los civiles cuando intentaron reprimir la revuelta en el país y conservar su poder.
El fiscal general inició la investigación a mediados de febrero, cuando aumentaron las manifestaciones contra el régimen del líder libio. Por su parte, las autoridades del país ya declararon que no reconocen la legitimidad de la Corte.
La situación en Libia también se convertirá en un importante tema en las próximas consultas del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
La decisión de la Corte internacional coincide con un notable avance de los rebeldes. Los enfrentamientos entre las tropas de la oposición y el Ejército gubernamental se desarrollan ya a 80 kilómetros de la capital, Trípoli.
La operación militar en Libia fue iniciada por la Coalición Internacional el 19 de marzo de 2011 después de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara la resolución que autorizaba la introducción de una zona de exclusión aérea sobre el país norteafricano. El 31 de marzo el mando de la operación pasó a la OTAN, que hasta ahora tiene el control absoluto sobre la campaña. La cantidad de víctimas del conflicto no deja de crecer.
El jefe del Comité Internacional de la Duma Estatal rusa, Konstantín Kosachov, opina que la decisión de La Haya de emitir una orden de detención contra Gaddafi dificultará los intentos de la comunidad internacional de llegar a una solución pacífica en Libia.
“Si la decisión del Tribunal Internacional sigue vigente, Gaddafi hará todo lo posible para mantenerse en el poder. Esto va en contra de las intenciones de la comunidad internacional, puestas de manifiesto por los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, incluida Rusia”.