Inseguridad y desesperación. Eso es lo que sienten muchos huérfanos una vez que abandonan las casas de acogida, porque no tienen adónde ir. La ley que les garantiza una vivienda en el momento de abandonar el orfanato tiene importantes carencias.
Más de 600.000 menores de edad viven en orfanatos y casas de acogida en Rusia. Algunos de ellos son huérfanos y otros fueron rescatados desde un entorno familiar de riesgo.
Todos viven bajo una cobertura que incluso se encarga de ellos una vez que son mayores de edad y aparentemente están listos para salir con rumbo a una vida adulta.
Según la ley rusa, una vez que los huérfanos dejan las instituciones que el Estado habilita para su cuidado tienen derecho a la asignación de una vivienda digna. Sin embargo, muchas veces se les termina entregando lugares completamente inhabitables donde es imposible vivir en condiciones normales.
La garantía legal de dar un techo a los huérfanos surgió en la época soviética y es una ley que enorgullecía a muchos ciudadanos por la amplia protección que brindaba hacia los chicos desamparados. Sin embargo en muchos casos lo que dice el texto no se cumple.
Pável Astájov, el defensor de los derechos del niño, cuenta que conoce el caso de un litigio que terminó recientemente, cuando el demandante huérfano ya tenía 54 años: "Venía reclamando su vivienda al Estado desde hacía décadas”.
La lentitud no es el único problema. Muchas veces los huérfanos no saben hacer el papeleo necesario para acceder a una vivienda. También se les asignan lugares que no han sido inspeccionados previamente y que requieren muchas reformas.
Uno de esos casos es el de Elena Zatelepina. Cuando era niña fue rescatada de una familia que no podía hacerse cargo de ella. Ahora tiene dos hijos y le ha sido asignado el apartamento en el que vivía su madre. El lugar está abandonado hace años y la documentación confirma que las condiciones del mismo no lo hacen habitable. Sin embargo no hay otra alternativa excepto repararlo y vivir allí porque no hay fondos para subvencionar este tipo de obras.
La falta de una vivienda habitable asignada por el Estado también comenzó a afectar a sus hijos. Zatelepina no tiene acceso a un jardín infantil porque los niños deben estar registrados y no es el caso.
Situaciones como las de esta madre no son generalizadas. En otras regiones de Rusia se están logrando avances importantes en la asignación de viviendas a los huérfanos.
Pável Astájov, afirma que se está combatiendo el problema y en algunas regiones han avanzado significativamente en el último año. Así, cuenta Astájov, en la región de Novgorod trabajan con una tecnología muy eficiente en cuanto a volúmenes de construcción y relación calidad-precio.
Pero al margen de los métodos de construcción, para algunos el problema no tiene que ver con la aplicación, sino con la misma ley. Por eso aseguran que el asunto se comenzará a solucionar una vez que se modifique el texto legal.
Alexánder Guezálov, experto en orfandad social, opina que se debe hacer modificaciones en la legislación para que la entidad responsable, en este caso el orfanato, se haga cargo de asegurar que quienes salgan de allí no terminen viviendo en una casa en ruinas.
Con una solución a largo plazo al problema de la vivienda muchos de estos huérfanos y sus hijos podrán asegurarse un nivel de vida aceptable, de manera que la historia de abandono y pobreza no se repita.