El presidente Barack Obama ha condecorado al 22.º ministro de Defensa del país, Robert Gates, quien deja su cargo tras cuatro años y medio de servicio, con la Medalla de la Libertad (el máximo honor que se otorga a un civil en el país).
El nuevo ministro que le relevará será Leon Panetta, el actual director de la CIA, de 73 años de edad. El 1 de julio Panetta prestará juramento en el Pentágono y empezará a desempeñar sus nuevas funciones. Por su parte, el servicio de inteligencia estará encabezado por David Petraus (jefe de las tropas estadounidenses en Afganistán).
Gates, de 67 años de edad, empezó su carrera en altos puestos ascendiendo al rango de teniente en el servicio de inteligencia de las Fuerzas Estratégicas, desde donde pasó a la CIA, que encabezó desde 1991 hasta 1993. Luego dejó la carrera de funcionario y se dedicó a la actividad académica, dictando conferencias sobre problemas internacionales en diferentes universidades estadounidenses. En agosto de 2002 Gates fue nombrado presidente de la Universidad de Texas A&M.
En noviembre de 2006 el entonces presidente George Bush le pidió a Gates encabezar el Pentágono, dado que muchos legisladores exigían la destitución del entonces jefe de la Defensa norteamericana, Donald Rumsfeld, al cual culpaban por los fracasos en la guerra de Irak. El mandatario de EE. UU. declaró que hacía falta “un nuevo enfoque” sobre el problema de los países de Oriente Próximo.
Gates asumió el cargo el 18 de diciembre de 2006. El nuevo ministro le presentó a Bush 79 recomendaciones encaminadas a modificar la actividad de EE. UU. en Irak. Cuando el actual líder norteamericano asumió la presidencia en 2008, Gates permaneció desempeñando su cargo como jefe de la defensa.
Mientras en EE. UU. se homenajea la labor que ha realizado Gates, muchos expertos consideran que su trayectoria profesional ha estado llena de fallos, y que el principal fue "continuar con las guerras en Irak y Afganistán".
A este respecto, el analista político Lajos Szaszdi dijo en declaraciones a RT que “Él (Gates) incluso criticó la forma cómo los servicios de inteligencia, tanto militares como civiles en EE. UU., tras el 11 de septiembre han llevado su trabajo: demasiado gasto, 80.000 millones anuales y pocos resultados. (…) Había un gran desperdicio e iba a hacer recortes allí. Ahora, ¿cuales han sido los resultados en eso? (…) Habrá que evaluar, cuando se sepa más información al respecto si ha tenido éxito".
Y añade el experto: "Un error de Gates es el haber continuado con las guerras de Irak y Afganistán después de que Bush dejó de ser presidente. Quizás no ha sido su culpa, quizá era la culpa de Obama de haber seguido con las guerras que no se pueden vencer y causan muchos gastos innecesarios (...) Pero él pudo haber renunciado de haber considerado que no era juicioso seguir. Pero él siguió. Ahora se retira, pero los problemas continúan".
Finalmente Szaszdi sostiene que "Gates era un buen ejecutor de la voluntad de sus jefes, haya sido Bush u Obama, y que Leon Panetta va a hacer lo mismo. No creo que verdaderamente trate de hacer unos cambios extraordinarios, excepto si los cambios serían recortes profundos de la defensa que es lo que se espera para ahorrar en vista de la gran deuda pública que tiene EE. UU.”.