Los legisladores republicanos del Senado estadounidense no acudieron a la audiencia clave para presentar enmiendas a tres tratados de libre comercio (TLC), y así boicotearon el debate sobre las normas cuyo trámite está estancado desde hace meses. Se trata de los acuerdos con Colombia, Panamá y Corea del Sur.
Con su ausencia los senadores republicanos decidieron romper el quórum, que requiere la presencia de al menos un miembro de cada partido en el debate, que es el primer paso para la ratificación legislativa de la norma y la única oportunidad que tienen los senadores para presentar enmiendas. El senador demócrata John Kerry consideró que esta rebelión por parte de los republicanos forma parte de su estrategia electoral de cara a los comicios presidenciales de 2012. Según señaló Kerry, los republicanos “quieren hacer todo lo posible para herir al presidente” Obama.
Los republicanos anunciaron no estar de acuerdo con que la norma conocida como Ley de Ajuste Comercial (TAA, por sus siglas en inglés), que busca proteger a los estadounidenses desempleados perjudicados por el comercio exterior, sea incluida en el TLC con Corea del Sur. Según declaró el senador republicano del Comité de Finanzas del Congreso Orrin Hatch, el proceso de incluir la TAA en el TLC con la nación asiática “pone en riesgo el apoyo a este acuerdo decisivo para crear empleos a cambio de un programa de beneficencia en un momento en que nuestra nación está en la quiebra”.
Además los 11 senadores republicanos del Comité de Finanzas difundieron una carta que enviaron el jueves al presidente Barack Obama, donde afirman estar “preocupados por los intentos de última hora para incluir artículos sobre la expansión del TAA en el proyecto de ley de implementación del TLC con Corea del Sur”. “Creemos que cada acuerdo comercial debe ser debatido y considerado en el Senado por sus méritos propios”, declara el mensaje.
El TLC con Colombia está pendiente de aprobación desde 2006, mientras que los acuerdos semejantes con Panamá y Corea del Sur no avanzan desde 2007. Se estima que con la ratificación de esas normas el intercambio comercial con esos tres países podría aumentar en más de 12.000 millones de dólares y crear decenas de miles de puestos de trabajo. No obstante, los demócratas opinan que los trabajadores estadounidenses que puedan resultar perjudicados por esta nueva liberalización comercial merecen recibir ayudas públicas, algo a lo que los republicanos se muestran frontalmente en contra.