En vísperas del comienzo de la retirada de los soldados estadounidenses de Afganistán, un estudio revela el costo económico y humano de los conflictos bélicos de EE. UU. después de los atentados del 11-S. Las cifras resultan varias veces más altas que las estimaciones del Gobierno.
En cuanto a las pérdidas humanas, según los cálculos aproximados, al menos 225.000 personas murieron directamente en los enfrentamientos armados, afirma el estudio Costos de la guerra del Instituto Watson de Estudios Internacionales de la Universidad Brown.
La mayoría de las víctimas mortales son civiles (unas 172.000) incluidos 168 periodistas y 266 empleados de organizaciones humanitarias. Entre 20.000 y 50.000 muertos son extremistas. Las pérdidas de oficiales estadounidenses y de sus aliados en Irak, Afganistán y Pakistán son de 7.200 personas. El informe del estudio también menciona a los casi 10.000 soldados irakíes, 3.500 de Pakistán y 8.8000 de Afgnistán.
Además, las guerras contra el terrorismo dejaron a 365.000 heridos y obligaron a 7,8 millones de personas a abandonar sus lugares de residencia.
Anunciando ya el plan de EE. UU. para abandonar Afganistán, el presidente Barack Obama aseguró que se habían gastado en las recientes guerras de su país un billón de dólares. Pero esta suma puede ascender hasta los 3,7 billones de dólares, según el estudio de la Universidad Brown, que ha considerado parámetros como pensiones para veteranos y medidas antiterroristas en el territorio de EE. UU., entre otros.
Entre los objetivos alcanzados por Estados Unidos, se indica la muerte del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, tras una polémica operación en Pakistán.