El consorcio ruso Izhmash está desarrollando un nuevo fusil de asalto con un diseño distinto al sistema del venerado Kaláshnikov.
"Se trata de una plataforma totalmente nueva y puede decirse que hemos arrancado desde cero. Los nuevos fusiles irán destinados tanto a las tropas convencionales como a las fuerzas especiales", anunció Maksim Kuziuk, director general en funciones de la empresa, que no precisó las características de la nueva arma.
Al mismo tiempo la oficina de diseños de Izhmash continuará modernizando el módelo 200 del famoso Kaláshnikov. Ya se está trabajando en la mehora de su ergonomía, precisón y facilidad de manejo.
Además, el modernizado Kalashnikov se compondrá de módulos que facilitarán su ensamblaje y uso con distintos dispositivos adicionales y sistemas de fuego como, por ejemplo, lanzadores de granadas.
Que Rusia no tiene prisa por prescindir de su famosa arma lo confirmó también el portavoz del consorcio Alexandr Bádits, que destacó que el nuevo fusil de asalto será desarrollado para ampliar la gama de ofertas en los mercados internacional y ruso.
“Cualquier especialista armero le dirá que el potencial de diseño de la familia del Kaláshnikov es de al menos 20 años más”, destacó.
Quizá prueba de ello es la historia del fusil de asalto Níkonov AN-94 (proyecto Abakán), de diseño y características muy interesantes (disparo doble a una cadencia de 1.800 disparos por minuto, mejora de precisión y reducción de la dispersión de balas) que, aunque fue adoptado oficialmente por el Ejército ruso en 1994, no pudo reemplazar al veterano Kaláshnikov AK-74 y sus posteriores modificaciones.
La experiencia de su uso demostró que en condiciones de combate real y debido al carácter que adquieren las actuales operaciones en guerras y los conflictos locales de los ultimos años, las tropas rusas siguen dando preferencia a los fiables Kalashnikovs.