A medida que pasan los días comienzan a conocerse las historias personales de quienes fueron protagonistas involuntarios del naufragio del ´Bulgaria´. Muchas familias quedaron destrozadas por lo que sucedió. El barco trasportaba a muchos niños. Compañeros de clase y de juegos que ya nunca más podrán estar con sus amigos.
La mayoría de los cadáveres ya han sido rescatados del interior del barco siniestrado. Muchos de ellos muestran la evidencia que la rapidez del hundimiento nos les dio opción de sobrevivir.
“El equipo reaccionó a tiempo”, explica uno de los socorristas Denís Snitkó. “La mayoría de la gente… de los fallecidos… llevaba el chaleco salvavidas”.
El capitán del barco también falleció. Se había reencontrado con su hermana luego de décadas de distanciamiento. Para celebrar su visita, la invitó junto a su marido a navegar en el “Bulgaria”, pero se desató la tragedia. La madre de ambos, todavía no sabe nada acerca del fatal destino de sus hijos.
Gulshat Yenikeeva, la viuda del capitán Alexander Ostrovski, dice: “La madre del capitán durante mucho tiempo ha estado llamándonos y no podemos decirle que sus hijos han muerto, Sasha y Larisa. Larisa, de hecho hacía 20 años que no veía a Sasha. Ella llegó y abordó el barco de su hermano. El esposo de Larisa sobrevivió, pero ella no”.
Algunos creen que tratar de entender lo que pasaba por la mente de las personas durante el naufragio es un ejercicio inútil. Sin embargo, para la mayoría de los que conocían a los fallecidos es una forma de encontrar justificación a lo ocurrido.
Tatyana Ostrovskaya, la ex mujer del capitán, relata: "El capitán se convirtió en una víctima de las circunstancias. Abordó la trágica situación de manera adecuada… saber, antes de morir, que su responsabilidad es con los pasajeros, que muchos de ellos van a perder la vida. Es aterrador saber lo que pensaba. Murió en su barco, fue un capitán hasta el final”.
Ahora viene una etapa difícil. Aprender que en la vida de los familiares y amigos de los fallecidos en esta tragedia habrá para siempre un espacio vacío, un lugar que jamás volverá a llenarse.