Políticos afganos y soldados franceses en la mira de los talibanes

El gobernador de la provincia afgana de Helmand, Mohammad Gulab Mangal, se convirtió en el nuevo objetivo de los talibanes. Gulab Mangal fue atacado cuando se dirigía al funeral de Ahmad Wali Karzai, el hermanastro recién asesinado del actual presidente de Afganistán, Hamid Karzai. Dos potentes explosiones detuvieron su vehículo y otro que lo acompañaba en el distrito de Kandahar, hiriendo a dos soldados. El político salió ileso del ataque.

Las exequias en Kandahar estuvieron encabezadas por el jefe de Estado afgano, a quien acompañaron varios miembros de su gabinete. Helicópteros y centenares de agentes de seguridad se desplegaron alrededor tanto del cementerio como de la mansión familiar de los Karzai para evitar atentados.

Wali Karzai era jefe del Consejo Provincial de Kandahar y ya había sufrido varios atentados contra su vida. La autoría del ataque del pasado 12 de julio se la ha atribuido el movimiento talibán aunque para las autoridades todavía no está clara la motivación del asesinato. Su ejecutor inmediato fue el jefe de seguridad de la propia víctima, Sardar Mohammad, a quien Wali Karzai y sus familiares consideraban “un hombre de confianza”.

Este mismo miércoles un terrorista suicida atacó en suelo afgano a un grupo de militares franceses que registraba la mansión de uno de los líderes del radicalismo islámico en la población de Joy Bar cerca de Tagab, donde está ubicada la base militar de Francia. El atentado sucedió menos de 24 horas después de la visita del presidente galo, Nikolas Sarkozy, a la base, quien denunció que luego de la eliminación de Osama bin Laden y las revoluciones en varios países árabes “no hay riesgo de que Afganistán se encuentre de nuevo bajo el poder de los terroristas”.