El FBI inició una investigación sobre la posible intervención ilegal de conexiones telefónicas de víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001 por parte de los empleados de la compañía News Corporation, que pertenece a Rupert Murdoch.
La decisión de iniciar el proceso se tomó tras recibir una carta enviada al FBI por el miembro de la Cámara de Representantes del Estado de Nueva York Peter King y otros congresistas. En la carta solicitaron verificar la información que había aparecido en el diario Daily Mirror. El periódico, refiriéndose a fuentes anónimas, escribió que otro rotativo, el News of the World, trató de sobornar a un oficial de la policía neoyorquina para que le facilitase números telefónicos de víctimas de los atentados del 11-S.
Asimismo se supo que Rupert Murdoch y su hijo James participarán en la audiencia del Parlamento Británico prevista para el 19 de julio. Inicialmente el magnate y su hijo se negaron a asistir a la sesión, pero cambiaron de idea al recomendar su aparición el propio primer ministro del Reino Unido, David Cameron.
El dueño de The News Corporation también anunció su intención de crear un comité independiente para investigar conductas impropias de los periodistas que trabajan en los medios de comunicación que le pertenecen. En su entrevista al diario estadounidense The Wall Street Journal, del que también es propietario, afirma que su compañía en general ha gestionado de manera excelente la crisis aunque haya cometido "errores menores" y desmintió rotundamente los rumores sobre la posible venta de alguno de sus medios.
El caso de las escuchas telefónicas llevó al cierre el 10 de julio del tabloide más antiguo del Reino Unido, el News of the World y posteriormente otras ediciones de Murdoch, como el Sunday Times y el Sun, también se vieron involucradas en el escándalo.