El presidente venezolano, Hugo Chávez, está de nuevo en Cuba, donde llegó el sábado para recibir su tratamiento contra el cáncer. El líder bolivariano ha declarado que, teniendo en cuenta las previsiones médicas, espera estar de vuelta en su país en pocos días y que este viaje no implica de ninguna manera el cese de algunas de sus funciones como presidente.
Sin embargo, algunos expertos opinan que los enemigos del Gobierno Bolivariano podrían aprovechar esta oportunidad para intentar nuevamente desestabilizar a Venezuela como lo hicieron el mes pasado con la campaña mediática que se desató en torno a la salud del presidente.
Antes de viajar a la isla caribeña el mandatario solicitó la autorización de la Asamblea Nacional para ausentarse del país durante el tiempo que dure su tratamiento y delegó parte de sus poderes en el vicepresidente ejecutivo, Elías Jaua, y en el ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani.
Según el consultor, investigador y escritor, Adrian Salbuchi, la ausencia del líder venezolano supone un riesgo para la política nacional, ya que “hay una fuerte oposición con apoyo internacional, especialmente de EE. UU., en contra de Chávez dentro de la propia Venezuela”. Salbuchi cree que los adversarios externos de Chávez, que es “un factor de estabilidad dentro de su país”, van a “aprovechar su enfermedad, que genera una suerte de vacío o semivacío de poder, para tomar ventaja de ello y tratar de debilitar a su Gobierno y fomentar a sus adversarios internos dentro de Venezuela”.
De hecho, cuando Chávez permaneció por primera vez en Cuba más de lo previsto a causa de una urgente operación de un absceso pélvico, la oposición venezolana especuló sobre su salud afirmando que el presidente no puede gobernar estando fuera de su país. No obstante, la Asamblea Nacional reconoció que la situación no contravenía a la Constitución venezolana, pese a lo cual la oposición ha insinuado la intención de inhabilitar al presidente tan solo un día después de su salida del país.
Salbuchi señala que “la oposición a regímenes auténticamente nacionales, como ocurre en Venezuela, y como hemos visto en Libia, para hacer un paralelismo, siempre cuenta con el apoyo total, financiero e incluso militar, de potencias como EE. UU., Gran Bretaña y Francia”. El investigador incluso no descarta que la oposición aproveche la situación “hasta para tratar de desplazar a Hugo Chávez” y añade que esto podría hacerse con el apoyo de EE. UU.
Asimismo el investigador afirma que “hay una agenda oculta de las estructuras de poderes globales para debilitar y erosionar los estados soberanos en todas partes del mundo. Ya lo hemos visto en Europa, en el Norte de África y lo estamos viendo en el Oriente Próximo”. Salbuchi se muestra preocupado por esta situación y teme “que esto pueda ser el disparador para que se inicie un proceso semejante en Latinoamérica, que claramente se iniciaría por Venezuela y podría seguir por países como Ecuador, Bolivia e incluso Argentina".
El pasado 20 de junio Chávez fue operado en La , donde le extirparon un tumor cancerígeno, y tras regresar a Venezuela declaró que podría necesitar un tratamiento de quimioterapia. Finalmente tomó la decisión de recibir este también en Cuba.