La petrolera ruso-británica TNK-BP focaliza su atención en Brasil, donde formará parte de un ambicioso proyecto de prospección.
TNK-BP acordó la compra de un 45% de participación en la obra a una empresa local. Se informa que la suma de la transacción podría superar los mil millones de dólares.
Las inversiones se rentabilizarían al cabo de unos 5 años, cuando Solimoes, un terreno situado en el curso alto de Amazonas, se convierta previsiblemente en una importante zona petrolífera.
Las negociaciones sobre el proyecto siguen su curso, mientras queda pendiente la firma de un paquete de acuerdos adicionales con el operador y accionista mayoritario, la brasileña HRT.
Se cree que la participación de HRT (de un 55%) equivale a 542 millones de barriles de petróleo.
La directiva de TNK-BP espera que los acuerdos concluyan antes del final de agosto para que la junta apruebe las inversiones previstas para septiembre.
Lajos Szaszdi, experto en política y economía, comentó que la expansión de las petroleras rusas en América Latina podría beneficiar a la región y contribuir a su desarrollo económico.
“Pienso que la política de las empresas energéticas rusas ha sido la de tratar de dejar más beneficios en el territorio que se explota, a diferencia de algunas multinacionales occidentales que han intentado negociar acuerdos con países como Bolivia, que lo que han hecho es sacar la mayor parte de las ganancias fuera del país”, comentó el experto.
Según Szaszdi la presencia rusa implicaría “puestos de trabajo para las economías locales”, así como “el desarrollo de la infraestructura para apoyar la exploración, explotación y desarrollo de esos yacimientos ya sean de petróleo o gas”.