Otto Pérez: ¿futuro presidente de Guatemala o criminal de guerra?

En plena campaña presidencial en Guatemala, un escándalo ha salpicado de lleno a uno de los favoritos de la contienda, el general retirado Otto Pérez y candidato de la oposición, que ha sido acusado de crímenes de guerra. Tres activistas estadounidenses presentaron ante el relator especial d

En plena campaña presidencial en Guatemala, un escándalo ha salpicado de lleno a uno de los favoritos de la contienda, el general retirado Otto Pérez y candidato de la oposición, que ha sido acusado de crímenes de guerra.

Tres activistas estadounidenses presentaron ante el relator especial de la ONU contra la tortura, Juan Méndez, una "carta de alegato" en la que denunciaron que Pérez estuvo involucrado en las prácticas sistemáticas de tortura y actos de genocidio durante el conflicto interno en Guatemala entre 1960 y 1996.

La denuncia fue presentada por la codirectora del grupo Rights Action, Annie Bird, la esposa de un guerrillero guatemalteco desaparecido, Jennifer Harbury, y la directora de la Comisión de Derechos Humanos para Guatemala, Kelsey Jones.

Las activistas apuntaron que las supuestas violaciones se cometieron en 1982, cuando Pérez estaba al mando de cuarteles militares en el denominado triángulo Ixil, en la provincia de Quiché, una de las más afectadas durante la guerra civil.

Además, informaron que Pérez podría haber sido el responsable de la tortura y desaparición del guerrillero Efraín Bamaca, esposo de Harbury, una de las denunciantes. El hecho sucedió en 1994, cuando Pérez desempeñaba el cargo de director nacional de inteligencia militar.

Según un informe de la Comisión de Verdad, patrocinada por la ONU, el ejército guatemalteco es responsable de un 93% de las violaciones de derechos humanos cometidas durante el conflicto interno, que dejó un saldo de 200.000 muertos y desaparecidos.

Otto Pérez, líder del partido Patriota es el favorito para ganar las elecciones presidenciales previstas para el 11 de septiembre. Las encuestas le otorgan una importante ventaja sobre su principal rival, Sandra Torres, la ex primera dama que se divorció del mandatario actual, Álvaro Colom, para evitar la prohibición legal de su candidatura, de la que ahora debe conseguir el aval de la Corte Suprema.