La milicia islamista de Somalia Al Shebab, que controla buena parte del sur y sureste del país, ha rechazado la declaración de la ONU que afirma que en el país existe hambruna y ha mantenido la prohibición que había impuesto a las organizaciones que reparten ayuda humanitaria en la región.
La ONU declaró oficialmente que más de 10.000 personas en dos regiones del sur de Somalia sufren hambre por la sequía que azota al cuerno de África, la peor en los últimos 60 años. "Si no actuamos, la hambruna se extenderá a las ocho regiones del sur de Somalia en los próximos dos meses", advirtió el coordinador de la ONU, Mark Bowden.
El portavoz de los insurgentes, Ali Mohamud Rage, reconoció que hay sequía, pero señaló que la información sobre la hambruna es "un completo sin sentido, es cien por cien infundada y mera propaganda". "Hay sequía en Somalia y falta de lluvia, pero no es tan malo como lo pintan", subrayó.
Previamente, los insurgentes habían secuestrado a la ministra somalí de la Mujer y Asuntos Familiares, Asha Osman Aqil, un día después de su nombramiento precisamente cuando la diplomática ayudaba a los afectados por la hambruna.
En 2009 los insurgentes islamistas prohibieron la acción de varias organizaciones extranjeras en el país, acusándolas de ser espías occidentales y cruzados cristianos, e impusieron reglas estrictas para el suministro de ayuda humanitaria.