Mi doctor es un caballo: niños discapacitados se curan 'al galope' en un centro siberiano

Curar una discapacidad con ayuda de caballos. Más de mil niños con enfermedades motrices ya se han sometido a este tratamiento en un centro siberiano. Los médicos afirman que en varios casos esta terapia incluso permite evitar intervenciones quirúrgicas.

La equitación no es sólo un deporte hermoso, sino que también es un método efectivo usado en la rehabilitación y el tratamiento de los niños con algún tipo discapacidad. En un pequeño pueblo en la provincia de Irkutsk (Siberia oriental), se encuentra uno de los centros de recuperación más grande de Siberia para estos pequeños pacientes, donde el personal médico no viste con las habituales batas blancas.

Dima Mikhlyáev es uno de los que ha llegado a este lugar especial. Gracias a las clases con los caballos ha podido superar sus limitaciones en el desarrollo del habla y se ha convertido en un chico más sociable y abierto. “He aprendido a montar al trote y a galope tendido”, dice Dima Mikhlyáev, paciente del centro de rehabilitación.

A lo largo de los diez años de existencia que tiene esta clínica, más de 1.000 niños han recurrido a los ejercicios con los animales. Los pacientes obtienen resultados extraordinarios sin tener que ser intervenidos quirúrgicamente en algunas ocasiones.

“Trabajamos con tales enfermedades como, por ejemplo, la displasia de la articulación coxal. Hemos conseguido que 3 niños consigan superar su invalidez por completo. Esto ha sido posible gracias precisamente a la equinoterapia”, dice Anastasía Tijomírova, la entrenadora principal del centro.

Los chicos con diagnosis más graves también se convierten en pacientes de este centro de rehabilitación. En el caso de enfermos con parálisis cerebral, la equitación les ha ayudado a mantener el equilibrio sobre sus piernas para después poder caminar por sí mismos.

Las historias de quienes recurrieron a este tipo de tratamiento se parecen mucho. Probaron la hipoterapia y entendieron que ayuda de verdad.

“Teníamos el diagnóstico ortopédico, era hipotonía de los músculos, es decir debilidad después del tratamiento. Aunque el diagnóstico principal fue corregido, las consecuencias permanecían. Y sólo tras la terapia con caballos, todos los efectos negativos desaparecieron”, dice Natalia Bichévina, madre del paciente.

Desgraciadamente esta fundación para recuperar a estos pacientes no cuenta con recursos financieros suficientes. El Gobierno ruso trata de ayudar a los que necesitan terapia con caballos. Por ejemplo los programas sociales permiten rehabilitar gratis a los huérfanos. Pero quedan otros muchos pequeños, a quienes interactuar con los equinos también les daría vida.