La crisis financiera norteamericana podría afectar también a otras partes del mundo. Sin embargo, en América Latina, la segunda región del planeta que atesora más activos estadounidenses, el incremento del consumo interno podría revertir una posible recesión.
En el mercado exterior argentino, el sector vinícola ha sido uno de los más afectados por la crisis económica en Estados Unidos, ya que el 40% de las exportaciones son destinadas a ese mercado. Así lo reconoce Federico Boxaca, gerente de exportación de Bodegas Schroeder, una de las más importantes de la Argentina.
“Lo que venimos observando desde principios del 2009 (...) es una disminución del consumo en las franjas más bajas que atribuimos al desempleo que todos conocemos que afectó a EE. UU. desde el momento de la crisis. (...) Eso hace que las empresas argentinas traten de rebajar sus precios al máximo”, reconoce Federico Boxaca, gerente de exportación de Bodegas Schroeder
Si bien su empresa se concentra en vinos de calidad media y superior, no tan afectados por la crisis, Boxaca contempla ahora con incertidumbre el futuro.
“Desconocemos la profundidad o repercusiones que puede tener esta nueva etapa de la crisis norteamericana. Estamos ante una situación inédita, un país que nadie imaginaba que podía llegar a estar cerca del default”, agregó Schroeder.
Sin embargo, por primera vez la grave crisis de una economía gigante, como la norteamericana, no está impactando de manera decisiva en Argentina ni en el resto de los países la región latinoamericana. Los profundos cambios implementados en los últimos años han fortalecido las economías locales.
“En realidad lo que sucedió es que Argentina viene experimentando un fuerte incremento del consumo interno. Entonces hay un aspecto que beneficia en esta crisis internacional, donde se vieron perjudicadas las exportaciones. Muchos empresarios compensan con el consumo interno (...) En otros casos seguramente hubo desviaciones hacia la demanda de otros mercados, por ejemplo China, que demanda fuertemente materias primas y alimentos”, explica Gabriel Molteni, Economista Jefe de la Cámara Argentina de Comercio.
Otros economistas consideran que el acuerdo logrado en Estados Unidos para evitar la quiebra es insuficiente y que, tarde o temprano, golpeará a Iberoamérica.
Según los analistas, frente a un eventual cese de pagos por parte de Estados Unidos, México, Colombia, Centroamérica y el Caribe serían los países más afectados junto a Brasil, que posee una importante parte de la deuda norteamericana.
En este sentido, en un reciente encuentro en Brasilia, la presidenta Dilma Rousseff y la argentina Cristina Fernández hablaron sobre la necesidad de “blindar” a la zona, no con vistas a su aislamiento, sino para proteger los avances sociales.
Latinoamérica está hoy mejor preparada que en el pasado para afrontar una crisis internacional. Pero no hay que olvidar que, después de China, es la segunda región del mundo con más activos estadounidenses.
Es por ello que todo el subcontinente recibió con cierto alivio la consecución de un acuerdo sobre el aumento del techo de la deuda, y espera que Washington logre recomponer su rumbo.
Por otra parte, la crisis de la deuda federal en EE. UU. ha generado preocupación sobre el futuro del dólar. El analista internacional, Adrian Salbucci, opina que es poco probable que la moneda norteamericana desaparezca del todo, aunque todo parece indicar que necesita una alternativa a nivel mundial.
“Dudo que el dólar desaparezca porque sería algo catastrófico Si el dólar se colapsara, sería de una gravedad inusitada y sin precedente para todo el mundo. No creo que el dólar vaya a desestabilizarse de un día para otro. Aunque existen claros indicios de que el dólar, con el euro, van a ser reemplazados como monedas mundiales por una eventual moneda planetaria. Si el rublo ruso y el yuan chino entraran a jugar un rol crecientemente importante, eso estaría muy bien para la economía mundial y la economía de los países latinoamericanos”, indicó Salbucci.