En Sidney las fuerzas de seguridad desactivaron un artefacto explosivo atado al cuello de una joven australiana en el transcurso de un operativo que se prolongó durante 9 horas.
Se sospecha que la bomba se la colocó un hombre que penetró en su casa, después de lo cual la propia víctima, de 18 años de edad, llamó a la policía para pedir ayuda.
La información sobre la supuesta existencia en el artefacto de una nota con amenazas y la exigencia de un rescate, está aún por confirmar.
La joven pertenece a una de las familias más adineradas de la ciudad y su casa se ubica en un suburbio de gente rica. Los agentes de policía evacuaron a los vecinos de las viviendas adyacentes y acordonaron la zona. Equipos médicos y bomberos fueron movilizados y permanecieron en alerta mientras duró la operación.