Un grupo de activistas musulmanes propone introducir la ley islámica en ciertas áreas de Londres. Aseguran que esto contribuirá a combatir los males de la sociedad moderna. Sin embargo, algunos piensan que esta iniciativa dividiría a las distintas comunidades.
Se trata de una nueva cruzada, esta vez islámica. Los activistas musulmanes quieren introducir la Sharia en el Reino Unido empezando por Londres. Para promover sus ideas pegan carteles en los que instan a prohibir el alcohol y los juegos de azar. Y aseguran que varios jóvenes están dispuestos a patrullar las calles para hacer respetar estas ideas.
“Al principio se limitarán a avisar a la gente que no acate la ley islámica. Pero si alguien tiene la posibilidad de prohibir algo que es malo, como la pornografía o la prostitución, debe hacerlo. Incluso usando la fuerza”, afirmó Abu Izzadeen, partidario de la introducción de la Sharia.
Entre las medidas más radicales proponen lapidar a los adúlteros, cortar las manos a los ladrones y matar a los que renieguen del Islam.
“Creemos que los musulmanes deben vivir juntos, resolver sus problemas de acuerdo con la Sharia e incluso asumir las obligaciones de la policía. Así se constituirán los Emiratos Islámicos autónomos, con sus fuerzas de seguridad que velarán por el bienestar de su comunidad”, dijo Anjem Choudary, portavoz del grupo islámico Muslims Against Crusades.
Los promotores de esta iniciativa justifican sus propuestas afirmando que la sociedad británica se está desintegrando a causa de la droga, el crimen y la prostitución. E incluso sostienen que diversos colectivos urbanos acogerán la Sharia con entusiasmo.
Pero la realidad es otra. Resulta que sus normas no encuentran apoyo entre los británicos.
“No es la India, ni Pakistán. Estamos en Inglaterra, tenemos nuestras propias leyes. Esta gente no tiene derecho a venir aquí e imponer sus reglas”, dice una joven británica.
“Si no te gustan las leyes del lugar donde vives, vete a otro sitio. Todo lo que proponen es completamente ilegal en este país”, afirmó un otro. De hecho, muchos opinan que esta iniciativa podría poner fin a la cohesión comunitaria.
Los defensores de los derechos civiles afirman que la introducción de la Sharia podría perseguir fines políticos, más que religiosos. Según ellos, la campaña está destinada a dividir a los ciudadanos.
“Existe el riesgo de que entre las comunidades surja la desconfianza y particularmente entre los no musulmanes y los musulmanes moderados. Creo que este es uno de sus objetivos, sembrar la cizaña y luego decir a los moderados: Fíjate todo el mundo te odia y nosotros somos tus amigos. Es una táctica política para aumentar su poder”, explicó Anne Marie Waters, de la organización One Law for All.
Los planes de los activistas islámicos no se limitan al Reino Unido, sino que incluyen la difusión del así llamado Emirato Islámico en toda Europa. Un objetivo que parece muy difícil de alcanzar, ya que para empezar deberán cambiar la idiosincrasia de una nación tan conservadora como la británica.
Y las iniciativas de este movimiento serían un obstáculo para los musulmanes moderados que buscan integrarse a la sociedad británica. Es lo que estima Phil Rees, experto en terrorismo y violencia política.
“Este movimiento islamista ha sido prohibido varias veces por el gobierno británico. Se compone de unos 400 ó 500 activistas. Y su líder es experto en hacerse publicidad. Tienen muy buenas relaciones con los periódicos británicos y ha conseguido dar a su movimiento importancia política. Por desgracia, podría tener consecuencias muy graves. La mayoría de los musulmanes no comparten en absoluto estas ideas. Consideran que se trata de una interpretación literal del Corán y de la ley islámica. De hecho, es extremo. Y por otro lado están los británicos, que aseguran que esta gente no debería estar en el Reino Unido y que son peligrosos. Al final, se trata de la banalización de un debate muy importante para los musulmanes: ¿cómo integrarse a una sociedad no islámica?”, opinó Phil Rees.