El camino para llegar a EE. UU. de manera ilegal, más peligroso

Para llegar al territorio de Estados Unidos, los migrantes latinoamericanos están decididos a cruzar hasta el desierto. Y optan por las rutas más peligrosas ante el reforzamiento del control fronterizo.

Uno de ellos era Nelson Omar de 14 años. Su llegada desde Guatemala se ha retrasado durante más de 1 año. Al igual que sucede con otros miles de inmigrantes cada año, este joven inició una caminata de varias jornadas en el desierto. Su propósito: cruzar hacia Estados Unidos para reunirse con sus padres. Desgraciadamente, nunca lo logró.

Lo único que le queda ahora a su madre, Fermina López-Cash, es lamentarse. “Pienso y digo: Señor! Ayúdame…yo necesito saber de mi hijo. Donde estará mi hijo? Yo ya no sé qué hacer? Yo siento que Nelson está cerca de mí. Por Tucson, por Nogales, por Tijuana…yo pienso que él está allí….sueño que lo tengo en mis brazos. Le digo, hijo donde estuviste?”

Los últimos informes sobre el paradero de Nelson Omar indican que el adolescente decidió ayudar a una mujer de edad avanzada a continuar en su travesía hacia la frontera, y de esta forma se separó del grupo de inmigrantes en algún punto entre México y el estado de Arizona.

“Lo que pasó es que dicen que la señora no aguantó caminar”, cuenta el padre de Nelson, Florentino Zacarías. “Que solo caminó diez horas y la persona que los traía me dijo: “tu hijo se quedó en el desierto”. Me dijo que los dejó en una brecha donde pasan los carros de inmigración y “por lo menos va a aparecer.”

De acuerdo con los activistas y con las organizaciones de los derechos humanos, estas travesías que serealizanbajo un sol abrasador de 46 grados y con gélidas heladas nocturnas son realizadas por personas de cualquier condición, sexo o edad. La mayor parte de ellos busca ingresar a territorio estadounidense para poder ver a sus familiares, que fueron sus predecesores en ese mismo recorrido. Algunos lograron su ansiada meta. Otros, como Nelson, no.

“En los últimos años, los esfuerzos para fortificar la vigilancia en esa línea divisoria se han incrementado", explica Samuel Murillo, periodista de 'La Voz de Arizona'. "Los cruces ilegales se están llevando a cabo en zonas más remotas y peligrosas y por esto el número de muertes de inmigrantes en el desierto ha aumentado”.

Una de esas fortificaciones es el conocido como “Muro de la frontera”. Una barrera que separa Estados Unidos de México. A pesar del control exhaustivo de las entradas a Estados Unidos por parte de las autoridades, la problemática migratoria continua siendo un tema sin resolver, y las muertes de aquellos que intentan alcanzar el otro lado de la frontera son las evidencias de ello.

Recientemente, varios académicos así como organizaciones en pro de los derechos humanos han tratado de llamar la atención sobre la necesidad de prevenir las numerosas muertes que se producen en el desierto. Sin embargo, la atención de los medios de comunicación estadounidenses para difundir estas investigaciones ha sido esquiva. Y en este sentido, muchos temen que los prejuicios xenófobos tengan algo o mucho que ver en esta problemática.

“Es lo que vende periódicos: si a un norteamericano algo le pasa en México o en Lationoamérica se hace todo un escándalo y se proyecta como gran noticia”, dice Celestino Fernández, sociólogo y profesor de la Universidad Estatal de Arizona. “Si a algún mexicano le pasa algo aquí, no pasa nada. Como que la vida del latino no vale nada para ellos.

Hace algún tiempo, un diario estadounidense desestimaba las denuncias por parte de políticos estadounidenses de que la frontera entre México y Estados Unidos es un territorio sin ley. El rotativo agregaba que teniendo en cuenta los recursos invertidos por el gobierno, esta zona es la más patrullada y con la mayor seguridad del territorio norteamericano.

Sin embargo, en esta misma lógica, sólo cabe preguntarse: ¿Cómo es que una región puede considerarse la más segura, si las estadísticas de la propia Patrulla Fronteriza revelan que por lo menos 3 inmigrantes indocumentados mueren cada semana en sus intentos de cruzar el desierto? Seguridad sí… ¿pero, para quién? Quizás la madre de Nelson pueda aportar una respuesta a la cuestión.