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Un ucraniano se propone vivir 5 semanas al lado de una leona

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Vivir las veinticuatro horas de día al lado de una leona. Un ucraniano se instaló en una jaula con una leona con la idea de convivir 5 semanas y de cumplir este plazo será inscrito en el Libro Guinness de los Récords. La expresión “entrar en una jaula con un león” siempre ha sido un sinónimo
Un ucraniano se propone vivir 5 semanas al lado de una leona

Vivir las veinticuatro horas de día al lado de una leona. Un ucraniano se instaló en una jaula con una leona con la idea de convivir 5 semanas y de cumplir este plazo será inscrito en el Libro Guinness de los Récords.

La expresión “entrar en una jaula con un león” siempre ha sido un sinónimo de valentía. Pero llevarla a cabo con uno de esos peligrosos felinos durante 5 semanas ya es un récord Guinness. Este es el objetivo del propietario de un pequeño zoo privado en Ucrania. Decidió encerrarse con su mascota preferida: la leona Katia. Dice que espera ganar dinero para alimentar sus animales, y además, probarse a sí mismo.

Según Alexander Piliashenko “es como poner mi destino sobre una balanza. ¿Podré o no podré, seré digno o no? ¿Cómo me van a llamar mis hijos y nietos? Ya lo veremos.”

La idea del inusual experimento se le ocurrió cuando decidió superar el récord de un zoólogo norteamericano que había pasado 2 semanas cara a cara con felinos. Aquí sólo hay un baño y una ducha. Salvo esas comodidades, la vida del hombre y la leona no se diferencian en nada, puesto que una tabla de madera de apenas 3 metros cuadrados es su cama común.

Al enterarse sobre la peligrosa aventura de Alexander, su madre, que vive en una aldea vecina, decidió ir al zoológico. Ella afirma que su hijo ha sentido una gran pasión por animales desde pequeño.

“Siempre tenía pájaros como papagayos o canarios, o un acuario con peces. Luego se compraba perros, y ya después se dedicó a otros carnívoros más grandes”, expresó.

Entre las pocas cosas que Alexander tomó consigo hay pinceles y un caballete. Es un pintor aficionado y planea pasar los largos días de su reclusión retratando a Katia. Pero no ha dejado de lado por completo su seguridad, y siempre tiene al alcance los medicamentos necesarios en caso de que algo malo suceda.

“Si a Katia se le ocurre devorarme, no necesitará mucho tiempo para hacerlo. Y ningún voluntario podrá ayudarme”, dijo.

Sin embargo, la leona parece estar de buen humor e incluso le permite a Alexander que la abrace. La relación es aún más sorprendente si se tiene en cuenta que Katia es una madre joven, y que Alexander fue quien la ayudó en el parto.

El hombre y la leona ya pasaron muchos días juntos y es de esperar que la amistad durará más allá del final del experimento.
 

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