Denuncian que EE. UU. pagó una campaña mediática contra 'los cinco'
El Gobierno de Raúl Castro ha denunciado una supuesta campaña en los medios de comunicación encargada por Washington contra cinco ciudadanos cubanos que se encuentran actualmente encarcelados en Estados Unidos por acusaciones de espionaje.
Con anterioridad, el Comité Nacional estadounidense para la Libertad de los Cinco Cubanos obtuvo documentos que demuestran que el Estado norteamericano pagó a varios medios de comunicación. Su objetivo era crear una imagen negativa de los cubanos en vísperas de la vista de su caso en el tribunal.
El grupo de 'los cinco' fue detenido en 1998 por el FBI. El Gobierno estadounidense los acusó de trabajar en su territorio para el servicio de la inteligencia de Cuba. El Gobierno cubano afirma que envió a los 5 agentes únicamente para obtener información sobre futuros actos terroristas contra Cuba dado que ya se habían cometido varios atentados y había amenaza de que continuaran. Los detenidos fueron sentenciados a diferentes penas de cárcel: desde 15 años hasta dos cadenas perpetuas.
En los últimos años se han organizado varias campañas internacionales a favor de los presos. En 2010 varios grupos de solidaridad internacional con los acusados anunciaron un plan de llamadas al número directo del presidente Barack Obama en la Casa Blanca para solicitar su liberación. En abril de este año en Madrid se presentó la campaña Un Millón por los Cinco, que pretendía recaudar el mayor número de firmas posible por toda Europa para exigir a EE. UU. la liberación de los presos. Las firmas luego fueron enviadas a la Administración estadounidense.
La directora del Comité Nacional para la Liberación de 'los cinco', Gloria La Riva, afirma que la campaña informativa promovida por EE. UU. influyó en el veredicto contra los detenidos.
"Los cinco no estaban cometiendo crímenes contra el pueblo. Estaban vigilando a terroristas para parar actos de violencia, terrorismo contra Cuba o cualquier persona que pudiera ser blanco de los terroristas", añadió.
El abogado Richard Klugh subraya la presión que los medios de comunicación ejercieron sobre los miembros del jurado que juzgaba al grupo. El experto considera que este caso avergüenza al mismo Gobierno estadounidense: por primera vez en la historia de la justicia del país los intentos de alegar cualquier testimonio de espionaje resultan absolutamente infructuosos. Pero el abogado está seguro de que muy pronto todo el mundo va a darse cuenta de que esta persecución de inocentes es injusta.