El presidente de Yemen, Ali Abdala Saleh, anuncia nuevas condiciones que le permitan dejar el poder sin sobresaltos. Aseguró que firmaría la iniciativa del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo Pérsico (SSEAG), que supone la formación de un Gobierno provisional y la dimisión del mandatario, a cambio de la expulsión de dos principales rivales.
Se trata de un jeque influyente y de un alto grado militar, medio hermano de Saleh. El jeque Sadiq al-Ahmar es uno de los sospechosos de organizar el atentado del 3 de junio, en el que murieron siete guardaespaldas de Saleh y el propio presidente recibió importantes heridas y quemaduras. El general Ali Mohsen al-Ahmar pasó al campo opositor a finales de marzo pasado, cuando admitió que para su pariente ya había llegado el momento de abandonar el poder.
Ambos ya han confirmado su acuerdo de abandonar Yemen, siempre y cuando el líder, quien lleva 33 años a la cabeza del país y se está rehabilitando en Arabia Saudí tras las lesiones sufridas en el atentado, firme el plan del SSEAG.
No obstante, en ausencia del presidente en Saná, otros líderes de la oposición se negaron a dialogar con los representantes enviados por el mandatario. Un portavoz opositor explicó esta decisión afirmando que "no representan al Gobierno yemení". Esta situación volvió a echar a la calle y reunir a decenas de miles de adversarios de Saleh, por un lado, y a sus partidarios, por otro.