Estudiantes y profesores de Chile anunciaron nuevas movilizaciones y tomas para esta semana. Según Camila Vallejo, la líder de la Federación de Estudiantes de Chile, es una medida forzosa ante "la falta de respuestas" a sus demandas. Acentúa que es la única forma de ser escuchados: "Nuestra voz es la calle".
El movimiento hoy en día cuenta con la participación no solo de los estudiantes, sino también de sus padres. Según la OCDE, solo el 15% de la financiación de la educación viene del Estado, el otro 85% de los pagos mensuales corre por cuenta de las familias.
Mientras tanto, las autoridades consideran la posibilidad de enviar tropas a las calles para suprimir las protestas. La iniciativa proviene del alcalde de la capital del país Santiago de Chile, Pablo Zalaquett. El funcionario comunicó el domingo que en caso de no ceder las movilizaciones para la emblemática fecha del 11 de septiembre, el 38 aniversario del golpe de Estado realizado por Augusto Pinochet, las Fuerzas Armadas deberían unirse a la policía para hacer frente al movimiento estudiantil.
Según Zalaquett, este día las manifestaciones pueden presentar un nivel elevado de riesgo. Concluyó: "Aquí cero ideología. Pinochet es el pasado, hay que mirar para adelante y para eso hay que asegurar a la gente su vida tranquila". Al mismo tiempo, puntualizó: "Pero menos me gusta que tengamos que lamentar muertos o heridos".
Sin embargo, la propuesta del alcalde capitalino no encontró mucho apoyo ni entre los miembros de su propio partido, Unión Demócrata Independiente, ni entre la oposición. La mayoría sigue la opinión del diputado socialista y militante de la Comisión de Seguridad Ciudadana de la Cámara Manuel Monsalve, quien subrayó que el derecho a manifestarse no puede ser reprimido ni por la policía ni por el Ejército.
Mientras tanto, poco a poco la situación empieza a cambiar. Si los estudiantes universitarios siguen rechazando la mesa de diálogo en el Congreso, los de secundaria sí han aceptado este fin de semana. Sin embargo, pusieron condiciones: "Si hay un proyecto de ley favorable a las propuestas, vamos a discutirlo. Si esto no sucede, no estamos dispuestos al diálogo".