Decenas de niñas de entre 12 y 15 años de edad, han sido halladas por la policía en prostíbulos clandestinos del sur de Perú, en un distrito del valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE).
Las niñas formaban parte de una red de prostitución infantil y fueron reclutadas en diferentes partes del país. El prostíbulo ilegal donde las víctimas de acoso sexual eran obligadas a prostituirse, funcionaba como bar.
Durante la operación especial desarrollada por la policía las menores bebían alcohol con los clientes. Ante la atenta mirada de sus proxenetas ninguna quiso revelar información personal (de dónde son y quiénes son sus padres).
Últimamente en Perú se registran con más frecuencia casos de niños de entre 7 y 17 años implicados involuntariamente en redes de comercialización sexual de menores.