En Siria las fuerzas gubernamentales mantuvieron por cuarto día consecutivo su ofensiva contra la ciudad costera de Latakia, el último objetivo de la represión del régimen del presidente sirio, Bashar al-Assad. Las tropas arrasaron varios barrios de la localidad, donde detuvieron a decenas de personas.
El asedio, en el que las autoridades utilizaron tanques y buques de guerra, ha causado más de 35 víctimas mortales desde el pasado sábado. Entre los fallecidos se encuentra también una niña de dos años y medio.
Sin embargo, Damasco ha rechazado que se trate de una intervención militar, explicando que combate a grupos terroristas armados que aterrorizaban a la población. Además, el gobierno ha subrayado que ya ha empezado a retirar sus tropas de una provincia oriental.
Según aseguran grupos de derechos humanos, desde que en Siria estallaron las protestas antigubernamentales, más de 1.800 civiles y cientos de militares han perdido la vida.