Las consultas técnicas de los representantes de los Estados Unidos, Rusia, Francia e Irán sobre el problema de entregas de combustible para el reactor nuclear de Teherán comienzan en la sede de la Agencia Internacional de la Energia Atómica (AIEA) en Viena.
Las negociaciones se mantendrán a puerta cerrada. Tres estados van a discutir con el Gobierno de Irán la posibilidad de que Teherán envíe parte de sus reservas de uranio al extranjero para que sea enriquecido. El acuerdo de mantener estas negociaciones fue alcanzado el 1 de octubre en Ginebra. Teherán dió el visto bueno para que una parte del uranio se enriquezca en Francia y en la ciudad rusa de Angarsk, en Siberia. Luego se convertirá en combustible y se enviará a Irán. Según Moscú, el plan tiene muchas ventajas: Irán dispondrá de un combustible de calidad superior mientras que los estados occidentales podrán estar seguros de que el programa nuclear iraní tiene fines pacíficos.
Según el experto en relaciones internacionales Aleksandr Pikaev, "debido a que Rusia produce combustible nuclear desde hace mucho tiempo, la tecnología para hacerlo está muy desarrollada y el uranio es más barato y de calidad". "Para Irán, esta opción sería mucho más cómoda", afirma.
El plan supone utilizar las reservas de uranio no enriquecido de Irán, terminando de este modo con las especulaciones sobre la posibilidad de que este país planee construir una bomba atómica. Pero en realidad, Irán declara tener solamente uranio del 4% de concentración, y para hacer armas nucleares la concentración debe llegar al 80 o 90 %.
A pesar de esto y de que Irán rechace las acusaciones de crear armas nucleares, los países occidentales y el órgano controlador de la ONU, el Organismo Internacional de Energía Atómica, quieren asegurarse de que las instalaciones iraníes serán rigurosamente vigiladas. Según Rusia, es indispensable que todas las partes tomen parte en este proceso.
“Se puede llevar a cabo este programa sólo con el consentimiento del Organismo Internacional de Energía Atómica y con la participación de varios países”, explica Andrei Cherkasenko, presidente del consejo de dirección de la empresa Atompromresursi. Según Chercasenko, “existe la posibilidad de enriquecer el uranio en Rusia, pero la fase última de la producción del combustible tiene que ser realizada por otro país, como Francia”.
Se espera que la reunión prevista para el lunes dé sus frutos y sea una prueba de futura cooperación. Mientras tanto Washington ha amenazado con sanciones más fuertes a Irán en el caso de que las negociaciones no progresen adecuadamente. Gracias a Moscú, el diálogo ahora es posible, pero todo depende de los deseos de Teherán.