El huracán Irene ya ha perdido su potencia y se ha convertido en una tormenta tropical. El desastre natural dejó a su paso por EE. UU. 18 muertos, masivas inundaciones y a 4,5 millones de personas sin electricidad, pero no causó los daños devastadores esperados.
La secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, anunció que “lo peor de Irene ya ha pasado". Sin embargo, indicó que la tormenta sigue siendo “potencialmente peligrosa”.
La mayor amenaza por el momento son las inundaciones, provocadas por las fuertes lluvias que acompañaron la llegada del huracán. El nivel del agua en varias áreas afectadas es extremadamente alto: en algunas calles de Filadelfia, por ejemplo, su altura casi tapa las señales de tráfico.
Y el gobernador del Estado de Nueva Jersey, Chris Christie, debido a las inundaciones, advirtió a los residentes: "No salgan de sus casas. Todavía no es seguro. Tenemos inundaciones en todo el estado".
Otro efecto notable del paso de 'Irene' son los apagones. Más de 4 millones de personas y miles de establecimientos se quedaron sin suministro eléctrico a lo largo de la Costa Este de EE. UU. Las compañías operadores ya han advertido que el restablecimiento total del servicio puede tardar hasta dos semanas.
Al mismo tiempo, pese a estos efectos, el balance de daños ha sido inferior a lo que se temía. Napolitano lo explicó como el resultado de las medidas de precaución, aplicadas atentamente y con anterioridad.
Las localidades afectadas ya empiezan a regresar, en la medida de sus posibilidades, a la normalidad. El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, declaró el levantamiento de la orden de evacuación obligatoria desde las 15:00 (hora local) de este domingo. Las pérdidas económicas, ocasionadas por la llegada del huracán, se han estimado de manera preliminar entre 1.000 y 2.000 millones de dólares.
Mientras tanto, ´Irene´, que ya ha reducido significativamente su potencia, llegó a la provincia canadiense de Quebec. Pese a que ahora representa mucho menor peligro, el ministro de Seguridad Pública de Quebec, Robert Dutil, advirtió que "es importante que la gente no menosprecie a 'Irene'. No es una pequeña tormenta, es una tormenta enorme". En territorio canadiense el fenómeno ya ha provocado apagones en unos 200.000 hogares.