Greenpeace organizó este martes una protesta contra las actividades de la petrolera anglo-francesa de Perenco en el parque marino de Abrollos, frente al litoral del estado brasileño de Bahía. Un grupo de activistas de Greenpeace disfrazados de ballena arrojó chorros de una pintura negra orgánica sobre sus disfraces y dejaron las manchas de ese líquido que simulaba al petróleo en la portería y en los elevadores del centro empresarial Rio Sul de Río de Janeiro, en donde se sitúan las oficinas de Perenco. Los activistas de Greenpeace protestaron contra la compañía por sus operaciones en una rica zona de corales en el archipiélago de Abrollos, en la costa norte de Brasil, donde Perenco tiene concesiones petroleras.
La ONG pretendía llamar la atención sobre los futuros daños que puede provocar la exploración petrolera en el hábitat de las ballenas. Greenpeace pidió que la petrolera se sume a una moratoria de 20 años de la exploración de crudo en un área de 93.000 kilómetros cuadrados en el archipiélago de Abrollos, por el peligro que esas actividades representan para la fauna y la flora de la delicada región, informó la organización en su comunicado.
"Con el histórico número de accidentes de exploración de petróleo en alta mar en el mundo, está claro que no existe seguridad total. Perenco sabe esto, pero elude su responsabilidad de renunciar a las actividades en una región de alta prioridad para la biodiversidad brasileña", dijo Leandra Gonçalves, portavoz de la campaña de Clima y Energía de Greenpeace. Ningún representante de la compañía recibió a los manifestantes, según informó la vocera de Greenpeace, que anunció nuevas protestas en los próximos días.
En el archipiélago de Abrollos, ubicado frente a las costas del extremo sur de Bahía, está situado el Parque Nacional Marino de Abrollos, una reserva protegida conocida por su importante banco de corales y por ser un lugar de reproducción de las ballenas conocidas como jorobadas (especie Yubarta). En el comunicado Greenpeace resaltó que la zona representa el "más importante banco de corales del Atlántico sur" y es el hogar de 1.300 especies de aves, tortugas, peces y mamíferos marinos, entre ellos 45 en riesgo de extinción. Perenco tiene licencia para explorar cinco bloques en aguas profundas en la bahía del Espírito Santo, muy cerca del archipiélago.