En Libia las fuerzas rebeldes continúan con la persecución de mercenarios del derrocado coronel Muammar Gaddafi, aunque en ocasiones son detenidas bajo esta sospecha personas que no tienen ninguna relación con el conflicto armado.
Este es el caso de diecinueve ciudadanos ucranianos que han sido arrestados en Trípoli, acusados de ser francotiradores pertenecientes a las fuerzas de Gaddafi, según los medios de comunicación. Los detenidos niegan categóricamente las acusaciones y afirman que llegaron a Libia para trabajar como cocineros en una compañía petrolera. “Venimos aquí para trabajar y ganar algo de dinero para nuestras familias. No somos francotiradores”, afirmó uno de los detenidos.
Por su parte, portavoces de las fuerzas rebeldes indicaron que por el momento no tienen pruebas incriminatorias en su contra, sin embargo aclararon que por ahora no piensan ponerlos en libertad. “No les hemos encontrado armas, pero entraron al país ilegalmente y en un momento muy difícil. Esto nos llevó a pensar que ellos trabajan para el enemigo”, agregaron.
Según varios informes, en las últimas semanas en Trípoli y sus alrededores se lleva a cabo una auténtica cacería de ciudadanos extranjeros, bajo sospecha de servir al ejército de Gaddafi. Asimismo, indican que con frecuencia las fuerzas rebeldes organizan linchamientos a personas de piel oscura, sin conocer su nacionalidad ni profesión.
Por esta razón, activistas de los derechos humanos exigieron al Consejo Nacional de Transición que detenga esa masacre, e informaron que hasta el momento han sido detenidos al menos 5.000 extranjeros, entre los que se encuentran muchos trabajadores. Las nuevas autoridades desconocen si entre los arrestados hay realmente mercenarios.