Los especialistas que investigan la tragedia aérea en Yaroslavl, que acabó con la vida de 43 personas, todavía no llegaron a una conclusión sobre si las causas fueron fallos técnicos o errores de pilotaje. Por ahora se contempla la posibilidad de que el avión no alcanzara la velocidad necesaria durante el despegue.
Por el momento todos los fragmentos del avión Yak-42 siniestrado han sido extraídos del río, donde cayó inmediatamente tras el despegue. Actualmente los especialistas están reuniendo los fragmentos en un hangar en el territorio del aeropuerto para componer con ellos una silueta del avión. Este proceso podría durar entre siete y diez días y luego los restos de la aeronave serán examinados por los miembros del Comité Interestatal de Aviación (MAK, por sus siglas en ruso).
Según las conclusiones preliminares del MAK, los motores del avión siniestrado funcionaban con normalidad y la pista de despegue tenía una longitud suficiente (en un momento se especuló con que podría haberse elegido para el despegue una pista secundaria más corta, en lugar de la principal). El viceministro del transporte de Rusia, Valeri Okulov, cree que el Yak-42 no logró alcanzar la velocidad necesaria para el despegue. Esta versión fue confirmada por uno de los colaboradores del aeropuerto de Yaroslavl, que fue testigo del despegue.
Algunos expertos en aviación subrayan que el error humano casi siempre está relacionado con fallos técnicos. “Los entornos y las circunstancias del trabajo en equipo como el estrés, como la fatiga, como la comunicación, todo esto está involucrado de alguna manera, directa o indirecta, con los accidentes de aviación”, comentó a RT Víctor Manuel del Castillo, especialista en seguridad aérea. Señaló también que el factor humano puede ser la causa de los accidentes en cualquier tipo de compañía aérea, tanto grande como pequeña.