Los mejores corceles en el mundo se crían en el Sur de Rusia, cerca de la ciudad de Pyatigorsk. Estos caballos son los ganadores de los trofeos más prestigios en varias carreras.
Estos animales habitan al pie de las montañas que rodean la ciudad de Pyatigorsk, al sur de Rusia.
Una granja en el pueblo de Tersk, cercano a esta ciudad, se creó hace más de un siglo especialmente para criar caballos árabes. Hoy es considerada una de las mejores del mundo en este aspecto. La historia de esta granja tuvo sus altibajos: durante la época de la URSS la cría de caballos fue más una necesitad que un arte. Ahora se está haciendo un gran esfuerzo para que este negocio ecuestre renazca.
“Hace dos años este corcel fue reconocido como el de mejor porte, por la Organización Internacional de Caballos Árabes. Además, cuando era más jóven ganó los trofeos más prestigiosos en varias carreras”, dice el dueño de la granja, Vladimir Tolmachev.
Pero lo que reporta realmente dinero a este negocio no son los logros de estos preciosos animales, sino sus crías.
“Cuando viene la época de celo de los animales, estamos todos muy ocupados. El período dura unos seis meses. El invierno es la temporada más alta”, afirma el especialista en caballos, Alexei Shipilov.
Por ejemplo, Asuán, que es el campeón semental, tiene unas 350 crías. “Estos son los resultados que queremos alcanzar. Si el potro es bueno, trabaja más”, añade Vladimir Tolmachev.
Howard Kale es un criador de caballos de Arizona (Estados Unidos) muy famoso en su sector. Dice que su éxito se debe a su colaboración con Tersk. Vino a esta granja por primera vez en 1975 y desde aquel momento ha comprado unos 200 caballos, muchos de los cuales llegaron a ser campeones nacionales.
“Compré muchos libros sobre la cría de caballos y los traduje letra por letra. Noté que muchos son descendientes de un potro que apareció aquí en 1936. Quizá el progenitor de muchos caballos que luego se hicieron campeones. Y llegaron de aquí, de Tersk”, dice Howard Kale.