Expertos militares rusos recomiendan a las autoridades del país desarrollar cuanto antes su propio sistema de defensa aeroespacial y dotar a sus fuerzas estratégicas nucleares de modernos misiles Yars y Tópol, capaces de poner en jaque a la defensa antimisiles estadounidense.
Así lo ha manifestado Igor Korotchenko, miembro del Consejo Social adjunto al ministerio de Defensa ruso, en una rueda de prensa ofrecida tras la firma del acuerdo entre EE. UU. y Rumanía que da luz verde a la instalación de misiles SM-3 y del sistema antimisiles Aegis en territorio rumano.
"En esta situación los esfuerzos deben centrarse en reequipar las fuerzas estratégicas nucleares conforme al plan aprobado, con nuevos tipos de misiles de ojivas múltiples de combustible sólido, capaces de superar tanto los sistemas de defensa antimisil existentes como los que están en desarrollo", afirmó Korotchenko.
Asimismo, el experto contempla como un objetivo de importancia militar equivalente el desarrollo de un sistema de defensa aeroespacial mediante la fusión del Consorcio de Defensa Antiaérea Almaz-Antey con otras empresas fabricantes del material bélico correspondiente.
A juicio de los expertos, dichas medidas ayudarán a minimizar posibles peligros y riesgos que habrá de afrontar Rusia si no alcanza con EE. UU. y la OTAN unos acuerdos aceptables de participación de nuestro país en la creación del sistema antimisil europeo.
Mijail Barabanov, experto militar y redactor jefe de 'Moscow Defense Brief' destacó que, aunque el sistema antimisiles estadounidense tenga una capacidad reducida, al menos hasta el período de 2018-2020, el mismo hecho de su despliegue provoca "incertidumbre" en cuanto la planificación estratégica de otros países y socava el principio de la disuación nuclear mútua.